Cuando se asegura un bien, siempre se considera su valor real para poder determinar la viabilidad del contrato de seguro y el importe de la prima a pagar. Este dato hay que calcularlo con rigor y con una precisión razonable, incluso en los casos en los que el bien objeto del seguro sea difícil de valorar, para garantizar que en caso de siniestro los beneficiarios perciben una compensación justa y coherente.
También para para evitar incurrir en una situación irregular de sobreseguro, de la cual te vamos a contar todos los detalles.
El sobreseguro se produce cuando la suma asegurada es muy superior al importe del interés asegurado. Esta situación es ilegal, tal y como se recoge en la Ley 15/1980 del Contrato del Seguro, en su artículo 26, en el que se dice lo siguiente:
Art.26: Se habla de sobreseguro cuando la suma asegurada es notablemente superior al valor del interés asegurado.
Si se produce una situación de sobreseguro, al superar la suma asegurada el valor del interés asegurado, pueden suceder dos cosas:
En caso de que la situación de sobreseguro fuera causada por mala fe del asegurado, el contrato puede ser declarado ineficaz, quedando la compañía aseguradora eximida de devolver las primas vencidas y la del período vigente.
En caso de detectar una situación de sobreseguro, lo primero que hay que hacer es ponerlo en conocimiento de la compañía aseguradora y proceder a gestionar la solución. En función de si se ha producido siniestro o no, la situación será más o menos sencilla de resolver.
Por esta razón, conviene revisar todos los seguros periódicamente y comprobar que las sumas aseguradas están al día. Por ejemplo, en el seguro del hogar, hay que revisar que el valor de los bienes asegurados está actualizado y en base al inventario actual.
Es importante evitar la situación de sobreseguro pero también la de infraseguro, ya que ninguna favorece al asegurado ni a la compañía aseguradora porque significaría que el contrato estaría desequilibrado.