Uno de los errores más habituales de todo inversor novato es tener una cartera conformada por valores que cotizan en el mismo mercado o dentro de un mismo sector. Dicho de forma más sencilla, ponen todos sus huevos dentro de una misma cesta, cuando en realidad, lo más conveniente es utilizar cestas distintas.
Esto es lo que comúnmente se conoce como diversificación. En términos muy simples, diversificar significa distribuir el monto total de la inversión en diferentes activos con el objetivo de reducir el riesgo de pérdidas de nuestra cartera.
Con diferentes activos, nos referimos a aquellos valores que coticen en mercados diferentes o bien que pertenezcan a diferentes sectores económicos. Por ejemplo, si nuestra cartera tiene acciones del Banco Santander y del BBVA, ésta no estará diversificada, puesto que está formada por dos valores que cotizan en el mismo mercado (IBEX-35) y que, además, pertenecen al mismo sector (banca).
Sin embargo, tendremos una cartera diversificada si tenemos acciones del Santander y de Telefónica y, aún más diversificada, si compramos acciones de Apple, por ejemplo. Es decir, en el proceso de diversificación de una cartera tenemos que tener en cuenta que activos dentro de un mismo grupo (de un mismo mercado o sector) tendrán un menor grado de diversificación entre ellos, ya que los factores que afectan a sus precios en bolsa son similares.
Una noticia sobre un aumento de morosidad en la banca, por ejemplo, afecta de igual manera a BBVA que a Santander, mientras que la aprobación de una ley en España que limite la distribución de beneficios entre sus accionistas de las empresas que coticen en Bolsa en España tendrá implicaciones, principalmente, sobre empresas españolas como Telefónica, pero no sobre empresas extranjeras que coticen en otras Bolsas, como Apple.
Si quieres invertir tu dinero de forma inteligente y rentable, debes saber cómo diversificar tu cartera de inversión y qué valores elegir para ello.
Como decíamos, la diversificación es una estrategia que consiste en repartir el capital entre diferentes tipos de activos que tengan un comportamiento diferente ante los cambios del mercado. De esta forma, se reduce el riesgo de perder todo el dinero si uno de los activos se deprecia. La diversificación también permite aprovechar las oportunidades de rentabilidad que ofrecen los distintos sectores y mercados. Pero, ¿cómo lo hacemos?? No basta con comprar acciones de diferentes empresas o bonos de diferentes mercados.. Hay que tener en cuenta dos tipos de riesgo: el riesgo sistémico y el riesgo específico.
El riesgo sistémico es el que afecta a todos los activos de una misma categoría, como el riesgo de una crisis económica, una guerra o una pandemia. El riesgo específico es el que depende de las características propias de cada activo, como la gestión de la empresa, la calidad del producto o la competencia del sector.
Para diversificar tu cartera de inversión y reducir ambos tipos de riesgo, puedes seguir estos tres criterios:
Un ejemplo de cartera diversificada siguiendo estos tres criterios podría ser una formada por un 10% de Bonos del Tesoro alemán a diez años (renta fija, baja correlación, bajo riesgo, alta liquidez), un 30% de valores tecnológicos americanos (renta variable, alta correlación, alto riesgo, alta rentabilidad, alto dividendo), un 30% de yenes (mercado monetario, baja correlación, bajo riesgo, baja rentabilidad, alta liquidez) y un 30% de empresas bancarias españolas (renta variable, alta correlación, medio riesgo, media rentabilidad, medio dividendo).
Cómo superar el obstáculo económico para diversificar tu cartera de inversión es uno de los principales retos que se plantean a la hora de diversificar tu cartera de inversión es el obstáculo económico. Esto es, no todos los inversores tienen la misma capacidad económica, es decir, el mismo capital disponible para invertir en varios títulos de diferentes categorías, sectores y mercados.
Esto limita las posibilidades de reducir el riesgo y aumentar la rentabilidad de la cartera. Sin embargo, hay una forma de superar el obstáculo económico para diversificar tu cartera de inversión: invertir en fondos de inversión.
Los fondos de inversión son instrumentos financieros que reúnen el dinero de varios inversores y lo invierten en una cesta de activos diversificada, siguiendo una política de inversión definida. Los fondos de inversión permiten acceder a una gran variedad de activos con una inversión mínima, ya que se puede comprar una participación del fondo con una cantidad pequeña de dinero. Además, los fondos de inversión ofrecen otras ventajas como la gestión profesional, la liquidez, la fiscalidad y la transparencia.
Por tanto, si quieres diversificar tu cartera de inversión y no dispones de mucho dinero, puedes optar por invertir en fondos de inversión que se adapten a tu perfil de inversor y a tus objetivos financieros. Así, podrás beneficiarte de la diversificación sin tener que renunciar a la rentabilidad.