Una de las cuestiones clave en los seguros son las condiciones bajo las cuales los beneficiarios de una póliza tienen derecho a percibir una compensación. Una de las más importantes es la relacionada con la geografía de los seguros. En determinados seguros puede no tener demasiada importancia el lugar exacto en el que haya tenido lugar un siniestro, mientras que en otros, la componente geográfica es fundamental y determina si se tiene derecho a compensación o no.
Si viajas fuera de España, ¿sabes si te cubre una consulta por enfermedad o accidente tu seguro de salud?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no existe una norma general que obligue a las compañías de seguros, ni a sus asegurados, en lo relativo al alcance geográfico de aplicación de una póliza de seguro.
Sin embargo, sí que existen ciertos seguros con particularidades, como la obligatoriedad del seguro de vehículos con cobertura de responsabilidad civil en todo el territorio nacional, pero nada al respecto de si las pólizas deben ser internacionales o no.
De esta manera, una póliza de seguros deberá detallar el alcance geográfico de la cobertura entre las cláusulas que la componen, especificando claramente en qué territorios tiene validez y en cuáles no.
Así, conviene revisar los seguros que tenemos contratados y que nos pueden afectar si vamos a salir de viaje fuera de España, dado que puede que nos llevemos una sorpresa desagradable si sucede un siniestro y resulta que la cobertura no se extiende más allá de la frontera. Estos son algunos ejemplos:
En conclusión, los seguros tienen validez en aquellos territorios en los que la compañía aseguradora y el asegurado pacten. Tiene sentido para acotar el riesgo y ayudar a que las compañías aseguradoras cumplan con su función de prestar coberturas a sus asegurados sin sobresaltos.
Esto se entiende muy bien con el ejemplo de la cobertura sanitaria, cuando se compara el coste de una compensación en España frente al de otros territorios como Estados Unidos, país en el coste de una consulta médica suele ser muy alto y, por tanto, obliga a que la compañía de seguros acote el riesgo para preservar su capacidad de compensación a sus asegurados.