Siete formas de ahorrar uniéndote a la economía colaborativa

Hemos cambiado. Mezcla de la crisis y de las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías, nuestra manera de consumir ha cambiado por completo. Los jóvenes ya no quieren ser propietarios de un coche y la industria del automóvil anda preocupada, pero, quizá, tampoco quieran comprar una casa, muebles… ¿para qué endeudarse por tener algo si puedes pagar por ello sólo cuando lo necesitas?

La economía colaborativa nos da la posibilidad de intercambiar bienes y servicios gracias a las plataformas digitales creadas para ello. No tener dinero suficiente o no querer endeudarse comprando un Ferrari no significa que no se pueda tener la experiencia de conducirlo. Esto es solo un ejemplo, pero aquí van algunas posibilidades más de la economía colaborativa que te pueden interesar.

Movilidad

La movilidad es lo que más se ha desarrollado en el consumo colaborativo. Las plataformas para compartir coche para viajar son muy conocidas. El conductor que viaja de una ciudad a otra, publica en la plataforma su viaje ofertando unas plazas en su vehículo por un precio determinado. Los interesados en realizar el trayecto se ponen en contacto con él y llegan a un acuerdo para compartir coche y viaje. Muchas personas sufragan de esta manera sus visitas a la familia o amigos.

Además, son cada vez más conocidas las plataformas para el alquiler de coche entre particulares, como Socialcar o Amovens. Un lugar donde ofrecer un coche que no se utiliza a un tercero que lo necesita. Un principio parecido al que siguen las plataformas para reservar parking como Parkatmyhouse; particulares que no utilizan su plaza de garaje o que sólo lo hacen durante unas horas lo ponen a disposición de otros durante ese tiempo. También existen servicios de carsharing, que ofrecen el alquiler del coche sólo por horas pagando por tiempo de uso y kilometraje. Entre las más famosas están las aplicaciones para compartir coche dentro de la ciudad, que busca conductores en tu zona que quieran llevarte a donde necesites.

Pero no todo iba a ser el coche; si viajas en tren, existen también plataformas, como ComparteTren, que se encargan de poner en contacto a personas que quieran un billete más barato con la tarifa mesa (se precisan cuatro personas para optar a ella) o incluso un lugar donde revender los billetes de tren e incluso de avión. Y, por supuesto, tampoco es necesario tener una bicicleta o una moto para poder disfrutar de ella.

Turismo

Es otro de los grandes explotados por la economía colaborativa. No hace falta más que un buen acceso a Internet para tener a nuestra disposición pisos de alquiler por días en cualquier parte del mundo a través de aplicaciones como Airbnb. Incluso podemos intercambiar nuestra casa por vacaciones o, si lo tuyo es el camping, hay plataformas que te buscan casas/ jardines particulares en los que poder poner tu tienda.

Puede que no tengas un amigo en el lugar al que quieres viajar, alguien que te enseñe la ciudad y sus mejores lugares, pero ahora eso tampoco es problema. Existen webs que te ponen en contacto con gente del lugar al que viajas para que te hagan de guías.

Logística

Llevar un paquete de un lugar a otro también forma parte ya de la economía colaborativa. Puedes encontrar en la red plataformas que conectan a gente que quiere llevar un paquete a un lugar con personas que viajan a ese lugar y que están dispuestas a transportarlo.  

Intercambio… de cualquier cosa

Casi de cualquier cosa que se te ocurra, de libros, de juguetes, de ropa… hasta de tiempo. Hay numerosas plataformas en la red en las que se puede intercambiar todo tipo de cosas, como la archiconocida eBay​. Además de los anuncios de compra venta de artículos de toda la vida, en estas páginas puedes encontrar profesores de siatsu que ofrecen clases a cambio de recibir enseñanza de otras disciplinas. También puedes intercambiar ropa, libros, juguetes… incluso hay webs específicas para el intercambio o venta de entradas de conciertos o de teatro.

Financieros

Siempre hay una hormiga y una cigarra, quien ahorra y quien necesita dinero, pero ahora, gracias a las nuevas tecnologías, hay también quien los pone en contacto para que uno preste y el otro reciba. Las plataformas que permiten los préstamos entre particulares están a la orden del día y muchas veces ofrecen mejores condiciones que los bancos.

Si se necesita financiación para un proyecto existen también plataformas de crowdfunding, una forma de sustituir el crédito que pediríamos a una entidad por el préstamo de uno o varios particulares. Entre ellas, destaca Kickstarter​ a nivel mundial, que sirve para financiar proyectos empresariales.

Productos de primer consumo

A todos nos gustan los mejores y los productos de mayor calidad, pero no siempre están al alcance de nuestro bolsillo o de nuestros pies. La economía colaborativa nos ofrece la posibilidad de adquirir productos locales directamente a los productores. En Internet existen plataformas que se encargan de conectar al agricultor directamente con el comprador evitando así a los intermediarios y reduciendo con ello la factura, como Ecoagricultor.

Incluso si lo que queremos es convertirnos en agricultores también existen webs en las que hay gente que cede parcelas para el cultivo.

Coworking

Sin duda, la filosofía del coworking reúne en gran medida lo que significa el consumo colaborativo. En lo básico el coworking es compartir un lugar de trabajo, compartir una oficina, con todo lo que económicamente comporta en ahorros por el alquiler del espacio, los servicios. Pero, en el fondo, va mucho más allá, ya que se trata de compartir la experiencia de nuestro trabajo con quien se sienta  a nuestro lado y aprender.

No sólo el ahorro impulsa la economía colaborativa. Gran parte de su éxito tiene también que ver con que esta nueva manera de consumir da importancia a otras cuestiones que preocupan a la sociedad como el medio ambiente o evitar el despilfarro. Si bien es cierto que muchos de estos servicios están todavía en plena evolución, o incluso tienen pendiente algunas cuestiones de regulación, parece que han llegado para quedarse y para avanzar todavía más.