¿A nombre de quién contrato el seguro del coche de familia?

Cuando se gestiona la contratación de un seguro de automóvil, hay que tener en cuenta qué personas son susceptibles de conducir el vehículo para darles de alta en la póliza. Es muy importante porque en los contratos de seguro, además del titular, se detallan las personas que están cubiertas y las que no y, en caso de accidente en el que conduzca alguien fuera de la cobertura del seguro, las consecuencias pueden ser muy graves.

No basta con que el titular del seguro sea el cabeza de familia o el propietario. La cuestión de las personas que se incluyen en el seguro del automóvil hay que resolverla para cumplir con la obligatoriedad que exige la ley y evitar riesgos innecesarios y, por tanto, las graves consecuencias de un seguro mal configurado.

Lo más habitual en los contratos de seguro del automóvil es que el titular del seguro sea el propietario del vehículo y que se dé de alta con la figura de conductor habitual, indicando una lista adicional de personas que se puedan poner al volante de forma esporádica, en lo que se llama figura del conductor ocasional. Aquí es donde se incluye frecuentemente perfiles como el del cónyuge, los hijos, algún pariente o incluso un empleado del hogar, entre otros.

Sin embargo, no es así en todos los casos. Hay contratos de seguro que lo que hacen es considerar como asegurados al titular y a cualquier otra persona dentro de un rango de edad fijado, compatible en términos de riesgo.

El problema surge cuando estos contratos no se dan de alta correctamente o no están actualizados. Por ejemplo, porque los miembros más jóvenes de la casa obtienen el carnet de conducir y no se comunica a la empresa aseguradora; o porque alguno de los conductores dados de alta cambia de segmento por su edad, entre otras situaciones. Como las compañías configuran los contratos y ofertas de seguros en función del riesgo, puede que entre el contrato, que recoge el riesgo asegurado y el riesgo que realmente existe, haya mucha diferencia.

Como las estadísticas de siniestros dicen que existe menor riesgo en el caso de conductores de 40 años que de 19, no es lo mismo asegurar un vehículo conducido por un joven de 19 años que otro por una persona de 40, a la que se le presupone una experiencia mayor que al primero. Por tanto, al haber menor riesgo en el caso del adulto de 40 años, la compañía le exigirá el pago de una prima menor, a igualdad del resto de condiciones.

¿Qué puede pasar si no se gestionan correctamente el alta y la actualización de los datos de los conductores?

En primer lugar, lo que puede ocurrir es que en caso de accidente con responsabilidad de una persona que no se haya comunicado a la compañía aseguradora, lleve a una situación en la que ésta no se haga cargo o en la que sí lo haga inicialmente, pero luego repita acciones contra el responsable.

Además, es posible que se pague de más si no se actualizan los datos de los conductores periódicamente, si no se recalcula el importe de la prima con los cambios de segmentos cuando estos juegan a favor del titular del seguro.​