Revisa tus facturas para evitar gastos indebidos

​Una de las tareas que todo ahorrador que se precie debería realizar en su día a día es la de revisar todos los pagos, tanto de facturas como recibos, cargos en cuenta y tarjetas bancarias. Esta es una tarea que requiere tiempo y que no agrada a la mayoría de personas, pero que resulta necesaria porque existe una cierta probabilidad (baja) de que por un error operativo se pague más de la cuenta en un comercio, en un restaurante, en un recibo de servicios, entre otros.

Ejemplos de por qué el proceso de facturación y cobro nunca es perfecto

Los procesos de facturación y cobro de productos y servicios de cualquier empresa no son infalibles. La automatización de muchas tareas que intervienen en ellos los han hecho mucho más fiables que hace años, pero las cuentas siempre hay que revisarlas porque es fácil que por un error humano o informático se pueda pasar al cobro una cantidad errónea a un cliente.

Por ejemplo, a la hora de pagar con una tarjeta de crédito en un comercio a veces el TPV devuelve un mensaje de error y el dependiente vuelve a pasar la tarjeta creyendo que no se ha procesado la operación en el primer intento, cuando sí se había ejecutado el pago y se había cargado en la cuenta del cliente la compra. En este caso, estaríamos ante una situación de un cargo duplicado que un cliente podría reclamar a su entidad bancaria para que le fuera reintegrado el importe, pero que muchas veces no es detectado si éste no actúa.

Otro caso típico, es el de la cuenta en los restaurantes. En ocasiones, si no hay una buena coordinación entre el personal a la hora de elaborar la cuenta, se pueden incluir conceptos no consumidos o aplicar precios que no coinciden con los de la carta. Por eso es importante revisar la cuenta siempre antes de pagarla, para evitar el cargo adicional.

Un tercer caso habitual es el de los recibos recurrentes para pagar ciertos servicios. Por ejemplo, recibos de luz, gas, agua y teléfono. Si se tiene contratada una tarifa o se tiene derecho a descuentos, hay que revisar que se aplican en el recibo de cada mes porque cuando estas compañías hacen cambios en sus sistemas, a veces se producen errores en la facturación que pueden suponer el pago de unos euros de más sin justificación.

En el caso de recibos de entidades más pequeñas, como es el caso de las comunidades de vecinos, siempre conviene revisar que los cargos aplicados corresponden con los consumos y servicios prestados, dado que suelen ser procesos de facturación manuales y que tienen una alta tasa de error.

¿Qué hago si detecto que me cobran mal?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que un cobro mal aplicado es algo normal, debido a que el proceso de cobros y pagos de cualquier empresa puede fallar. Por tanto, cuando se detecta un error en un cobro que nos realiza una empresa lo mejor es revisarlo y asegurarse de que así es, para luego documentarlo y ponerlo en conocimiento de la empresa.

Si es en la cuenta de un restaurante, es una cuestión que se gestiona con el camarero sobre la marcha, pero si es un recibo cargado en cuenta o un cargo en una tarjeta bancaria, lo primero que hay que hacer es contactar con el servicio de atención al cliente para aclarar la situación. Si éste no resuelve, se puede poner una reclamación y, si aun así no se soluciona el problema queda la vía de recurrir a la entidad bancaria para gestionar la devolución del importe.

En el caso de los recibos, se puede pedir al banco que lo devuelva, atendiendo a las siguientes condiciones:

 

    • Recibos autorizados por el cliente: el cliente puede pedir su devolución hasta 8 semanas después del cargo en cuenta. En el plazo de 10 días hábiles, la entidad deberá reintegrar el importe, o bien justificar la denegación.

       

 

  • Recibos no autorizados por el cliente: el cliente puede pedir su devolución hasta 13 meses después del cargo en cuenta.

     

Si se trata de un cargo erróneo en una tarjeta bancaria (cargo repetido o realizado por error) o un cargo no reconocido por el titular de la misma, éste puede dirigirse a su entidad y solicitar su anulación. La entidad le pedirá que realice unos trámites y, dependiendo de cada caso, que aporte pruebas para poder gestionar la devolución.

En definitiva, cualquier gasto, cualquier factura o cualquier tarifa, aunque sea muy barata o suponga un desembolso muy pequeño de dinero, es susceptible de ser mejorada si se revisa. Y este simple gesto puede suponer un ahorro muy grande al final del año.