Si fueses un fondo de inversión, ¿en qué invertirías?

Si hoy mismo tuvieras a tu disposición un millón de euros, ¿qué harías con ellos? Seguramente, la respuesta más habitual sería la de gastarlo en cumplir nuestros sueños: ese coche de alta gama por el que tanto hemos suspirado, un viaje alrededor del mundo o la casa de nuestros sueños en la playa o en la montaña. Sin embargo, no tanta gente se plantearía invertirlos y destinarlos a productos de ahorro con el objetivo de que el dinero trabaje por nosotros.

Los fondos de inversión reciben cada día un capital de sus partícipes que en ocasiones es mucho mayor a uno y dos millones de euros. Dado que no se trata de una donación, sino de un alquiler, el fondo de inversión no puede gastarlo en joyas, casas o yates, y deberá invertir el dinero de que dispone en diferentes activos para obtener una cierta rentabilidad para sus partícipes. Pero, al igual que no todas las personas se gastan su dinero en las mismas cosas, tampoco los fondos invierten en los mismos productos. Y tú, ¿en qué invertirías si fueses un fondo?

¿Qué tipos de fondos de inversión existen?

El gestor del fondo de inversión es la persona que se encarga de reunir los capitales de una multitud de inversores para colocarlo en diferentes activos en función del riesgo que el fondo pueda asumir, una información que está disponible en los estatutos del mismo. Normalmente, existen tres tipos de fondos de inversión:

  • Fondos de inversión de renta fija: invierten sus capitales, mayoritariamente, en renta fija, como bonos de deuda pública o pagarés de empresa. Se trata de fondos que proporcionan poca rentabilidad pero también poco riesgo.

  • Fondos de inversión mixtos: invierten, más o menos, la mitad de su capital en renta fija y la otra mitad en renta variable.

  • Fondos de inversión de renta variable: la mayoría del capital se coloca en renta variable, por lo que proporciona una rentabilidad más elevada a costa de asumir un mayor riesgo.

De esta manera, cada persona tendrá a su disposición una amplia gama de fondos de inversión en los que colocar sus ahorros, en función del riesgo que quiera asumir y de la rentabilidad que cada fondo puede proporcionar.

Los gestores no pueden invertir donde quieran

Mientras que cualquier persona puede recibir un millón de euros y gastarlo en lo que considere oportuno, el gestor de un fondo de inversión no puede invertir el capital del fondo en lo que quiera o en lo que considere que va a generar una mayor rentabilidad para sus partícipes. En todo momento, esta persona deberá mantener una cartera de productos de ahorro consistente con los estatutos del mismo, en los que se define qué activos podrá adquirir en función del tipo de fondo del que estemos hablando y diversificando para evitar los riesgos intrínsecos a toda inversión.

En líneas generales, esto quiere decir que los gestores de los fondos de inversión deberán destinar un porcentaje del capital del fondo a invertir en productos que tengan relación con el tipo de fondo que estén gestionando. Por ejemplo, un fondo de inversión de renta fija establece en sus estatutos que al menos el 70% del capital se utilice para adquirir activos de renta fija y menos de un 30% a productos de renta variable; el fondo de renta mixta, al 50-50 y el de renta variable al 30-70. Es decir:

  % Renta Fija % Renta Variable
FI Renta Fija 70 30
FI Mixto          50 50
FI Renta Variable 30 70

 

Teniendo en cuenta esta premisa inicial, el gestor podrá invertir en aquellos activos que considerase oportuno una vez analizada la rentabilidad futura de cada uno de ellos. De hecho, los fondos de inversión mixtos y de renta variable suelen avisar que el fondo puede sufrir pérdidas, mientras que los fondos de renta fija compensan las pérdidas que puede sufrir la renta variable con las ganancias obtenidas por la renta fija.

Por tanto, y como si de una persona se tratase, los fondos de inversión han de buscar la combinación adecuada de activos para satisfacer sus necesidades, que no son otras que los objetivos de rentabilidad y riesgo de sus clientes. Saber en qué invertir en cada momento es trabajo de sus gestores, siempre y cuando se respeten estos objetivos.