¿Puedo jubilarme si fui o soy amo/a de casa?

El trabajo en casa ha cambiado en los últimos años, algo que se presuponía tarea de la mujer, ahora es una elección o algo que viene dado por la situación laboral o familiar y aplicable a los dos géneros. En todo caso, sea como fuera, el ama o el amo de casa, la persona que trabaja todos los días para que su hogar funcione, ha de saber que también tiene también derecho a jubilación. 

Porque sí, las amas o amos de casa también se pueden jubilar a los 65 años. Es más, aunque no hayan cotizado nunca a la Seguridad Social tienen también derecho a cobrar una pensión.  Tienen derecho a recibir lo que se llama una pensión no contributiva. Se trata de una prestación creada para las personas que no hayan podido cotizar nunca o que no hayan llegado a hacerlo los 15 años necesarios para poder recibir una jubilación contributiva. 

Cómo puedo conseguir la jubilación sin haber cotizado

Para poder acceder a esta pensión no contributiva hay que cumplir con unos requisitos. Además, por supuesto, de tener 65 años, la segunda de las condiciones es que los ingresos anuales de la persona en cuestión sean inferiores a los 5.136,60 euros. En el caso de que se conviva con familiares se cumplirá con el requisito cuando la suma de las rentas de todos los miembros que forman parte de la unidad familiar sea inferior a las cuantías de referencia, situaciones que están especificadas y recogidas y en las tablas del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO).​​

Para poder optar a ella, además, la persona en cuestión deberá haber residido en España al menos durante diez años. Una vez obtenida, dicha pensión será vitalicia. En cuanto a la cuantía que se puede cobrar ésta se establece en función de la renta de cada persona y de la que alcanza su unidad familiar. De todas formas, no puede ser inferior a la mínima del 25% de 1.275 euros anuales ni superior a la máxima de 5.130,60 euros anuales. 

Unas cifras que, en cualquier caso, pueden​​ parecer bastante reducidas, ya que nunca superan los 400 euros al mes. Al hablar de jubilación estamos hablando de planificar el futuro, de tener presente la nece​sidades que tendremos cuando llegue el momento del dorado retiro. Las personas encargadas de las tareas domésticas de sus hogares no deben dejar a su pareja la responsabilidad total de sus finanzas futuras, puede ocurrir cualquier cosa que dé al traste con los planes. Así que no está de más que el ama o amo de casa se prepare también de cara a la jubilación con productos como un plan de pensiones que, además, tiene una posible ventaja fiscal si la aportación la realiza el cónyuge (reducción en la base imponible de hasta un máximo de 2.500 euros anuales.​