¿Es arriesgado invertir en un activo? La interpretación del rating

​​​Es difícil olvidar el primer suspenso, aunque luego vengan más, y mucho menos si luego no vuelve a aparecer ninguno. Las notas tienen eso, nos califican, nos ponen en nuestro sitio o, al menos, nos sitúan en un escenario determinado. Algo que puede gustarnos más o menos porque a veces el profesor nos tiene manía o porque eso que ​nos preguntaron no caía en el examen. Excusas aparte, todos nos examinamos, activos financieros incluidos. Aunque sus notas sean distintas y diferentes a nuestros ceros o dieces.

Las agencias de calificación, los examinadores

Los examinadores de los activos financieros son las agencias de calificación de riesgo, más comúnmente conocidas como agencias de rating. A lo que tratan de poner nota es a la capacidad de pago o la solvencia del emisor de un título, es decir, buscan calificar el riesgo que corre una inversión en un activo. 

Entre las agencias más conocidas están nombres como Moody's, Standard and Poor's (S&P) o Fitch, encargadas de poner notas a los países, empresas, bancos, aseguradoras y a todo tipo de productos financieros. Para ello, realizan un análisis exhaustivo de todos sus aspectos, diseccionan desde el nivel de su deuda, hasta sus historiales de pago o el patrimonio y recursos propios que poseen. 

Lo hacen, además, no sólo de su situación actual sino también de la pasada, con el objetivo de poder realizar una proyección sobre el futuro. Investigan incluso la industria a la que pertenece el activo. El examen lo realizan, conviene tenerlo en cuenta, a petición de la propia entidad que se examina, es decir, el activo es el que le paga a la agencia para que ésta le ponga una nota.​

¿Cómo se ponen las notas​?

La calificación sirve para que todo el mundo, con un vistazo rápido a unas puntuaciones, sepa si la inversión que va a realizar es segura o si, por el contrario, se trata de una inversión de riesgo. Las agencias califican con letras, al modo anglosajón, nada de ceros o dieces. Así, la máxima puntuación que otorgan es la triple A mientras que la peor es la D, que directamente significa default o, dicho de otro modo, impago o quiebra. 

A partir de la nota máxima de triple A se van quitando letras, añadiendo o añadiendo números o signos y se va descendiendo por la B, la C hasta la D. Cada agencia (recordemos: Moody's, Standard and Poor's y Fitch) tiene su propia escala de rating, aunque todas se establecen sobre la base de dos grupos para indicar si se trata de una buena inversión o de una inversión que puede ser considerada de riesgo. 

En el primero de los grupos, se puntúa el grado de inversión y en el segundo el grado especulativo. A las notas se les puede asocia​r además una perspectiva que indica la probabilidad de que cambie y hacia dónde lo haría, puede ser negativo (-) o positivo (+).​​

Tipo​ de inversión Riesgo Moody´s Standard & Poors Fitch
Grado de inversión Máxima solvencia ​(Matrícula de Honor) Aaa AAA AAA
    AA1 AA+ AA+
    AA2 AA AA
    AA3 AA- AA-
  Buena calidad (Notable) A1 A+ A+
    A2 A A
    A3 A- A-
  Calidad Aceptable (Suficiente) Baa1 BBB+ BBB+
    Baa2 BBB BBB
    Baa3 BB- BB-
Grado especulativo Insuficiente Ba1 BB+ BB+
    Ba2 BB BB
    Ba3 BB- BB-
  Riesgo sustancial B1 B+ B+
    B2 B B
    B3 B- B-
  Pocas perspectivas de recuperación Caa1 CCC+ CCC+
    Caa2 CCC CCC
    Caa3 CC-
D

Estas notas tienen, además, otra lectura. Si para el inversor se trata de saber el riesgo que puede correr su dinero, las entidades que pasan el examen saben, según la calificación que obtienen, lo difícil que lo tendrán para acceder al crédito. La regla del binomino rentabilidad riesgo​ (a mayor riesgo, mayor rentabilidad) se cumple, así que el activo que tenga mayor probabilidad de impago, deberá ofrecer mayor rentabilidad a los inversores que confíen en ellos, de manera que su acceso al crédito será mucho más caro y complicado. Muchas entidades inversoras, como algunos fondos de inversión, recogen en sus estatutos la prohibición de invertir en activos calificados como bonos basura, expresión que se utiliza para definir a aquellos que están suspensos, por debajo de la Baa3 para Moody’s y de BBB- para S&P y Fitch.

Las agencias de rating han estado en el punto de mira en los últimos años, pero poner notas no es tarea sencilla y, salvo a los de sobresaliente, las notas no suelen gustar. Muchos críticos hablan de los intereses que existen detrás de estas agencias pero, mejor o peor, lo cierto es que es el sistema que funciona para conocer el riesgo que se juega al invertir en según dónde.  ​

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