Diferencias entre franquicia y período de carencia

En los contratos de seguros, es habitual ver dos elementos como son la franquicia y el período de carencia. En realidad, son conceptos que sirven para reducir el importe de los seguros, pero que son diferentes e  importantes de considerar. ¿Sabes qué es una franquicia y un período de carencia y, lo más importante, cómo te afectan cuando contratas un seguro?

 
La franquicia de un seguro es un elemento que sirve para reducir el riesgo asegurado y tiene como consecuencia principal la bajada del coste del seguro. Se puede encontrar recogida de distintas formas entre las cláusulas de una póliza, en función del tipo de seguro. Por ejemplo:

  • Una cantidad de dinero fija a pagar, en el caso de los seguros de vehículos.
  • Una mensualidad, en el caso de los seguros de protección de pagos.
  • Una cantidad de dinero a pagar en función del servicio médico demandado, en el caso de los seguros de salud.

 
Por ejemplo, el caso del seguro de un coche cuya póliza contempla una franquicia de 300 euros por cada siniestro con culpa que declare el asegurado. Esto implica que cada vez que se declare un siniestro con culpa del asegurado, éste deberá pagar 300 euros de la factura de la reparación, ahorrándose la compañía esta cantidad.

La franquicia permite que el importe que debe pagar la compañía de seguros en cada siniestro sea menor, lo que reduce el coste del seguro para el asegurado. Al ser éste quien decide si presenta un parte, puede que no le interese comunicar un siniestro a la aseguradora, por ejemplo, en los casos en los que el presupuesto de la reparación es menor o igual que el de la franquicia.

Puede que no le interese, incluso, cuando el presupuesto es un poco mayor, dado que así no se penaliza el historial del asegurado y no se le repercute en el coste de la póliza para años venideros. También puede interesar no dar parte cuando se trata de más de un siniestro con culpa, dado que la franquicia se paga por cada uno de ellos. Es decir, si son dos, se pagarán 600 euros.

El período de carencia de un seguro

 
El período de carencia es un plazo que acuerdan compañía y asegurado para que comience a tener vigencia un seguro. Sirve para evitar casos en los que el asegurado pueda intentar contratar un seguro cuando ya se ha producido el siniestro, obteniendo una ventaja por disponer de mejor información que la compañía de seguros.

Por ejemplo, en un seguro de salud se puede aplicar un período de carencia de dos meses desde la fecha de contratación, lo que significa que no se podrá reclamar ningún siniestro hasta que finalice ese plazo. Así, la compañía evita la práctica generalizada de contratar el seguro cuando ya se ha contraído una enfermedad o se padece una lesión, situación que impediría que la actividad aseguradora fuera un negocio rentable.

En un seguro de protección de pagos, por ejemplo, un período de carencia sirve para evitar los casos de los despidos forzados o esperados en el corto plazo y que aún no han sido comunicados. En el seguro del automóvil, el período de carencia no se contempla como tal en la póliza, aunque se suele exigir un informe pericial o el envío de fotografías del vehículo a la compañía para dejar constancia de su buen estado y, en tanto no disponga la compañía de tales evidencias, puede que las coberturas no estén activadas.

Por tanto, aplicar un período de carencia ayuda a reducir el riesgo asegurado, lo que lleva a que el coste del seguro sea menor. El período de carencia es una precaución lógica de las compañías, que pueden protegerse así de su posición más débil, al disponer de menos información que el asegurado.

Se trata, en definitiva, de conceptos diferentes que es conveniente tener en cuenta para contratar el producto que mejor se adapte a nuestras necesidades.