La prima de riesgo, clave para inversores

​Si hace 10 años hubiéramos hecho una encuesta y preguntado qué es la prima de riesgo, seguramente muy pocos hubieran sabido la existencia de este concepto financiero. Una década más tarde y después de llenar decenas de titulares en prensa o televisión, lo más probable es que sean muy pocos los que no sepan identificar y relacionar este concepto con la economía y las finanzas. 

Aun así, comprender qué significa y cuáles son las repercusiones que tiene sobre nuestras inversiones es algo mucho más complejo. Pero no te preocupes, te lo explicamos.

¿Qué es la prima de riesgo?

Si vamos a la definición que todos tenemos en nuestra mente, es decir, la que aplica sobre la deuda soberana, es la diferencia o margen de rentabilidad entre la deuda de un país o región (por ejemplo, España) y otro de referencia, que en el caso de la Unión Europea es Alemania. Así, por ejemplo, si un bono español a 10 años cotiza al 1,70% y el “bund” alemán (el bono a 10 años de el país germano) lo hace a 0,30%, la prima de riesgo es de 1,40 puntos porcentuales, o bien 140 puntos básicos.

Pero, ¿Qué países y bonos hay que comparar? El primero es sencillo, es el del país o región del que queramos conocer su prima de riesgo. Más complejo es saber cuál es el país de referencia, en nuestro caso, Alemania. Éste se elige por ser más estable y menos fluctuante, además de tener un volumen de negociación alto y elevada solvencia. 

En resumidas cuentas, la prima de riesgo mide lo que hay que pagar más a un inversor por la existencia de una mayor posibilidad de impago con respecto al país más seguro. Pero la prima de riesgo no es un concepto estático; aspectos como la incertidumbre económica o política elevan la prima de riesgo. En el lado contrario, buenas perspectivas económicas o la estabilidad de un país la rebajan.

¿Qué importancia tiene?

La primera repercusión de una prima de riesgo elevada es que, cuanto más alta sea esta, más intereses tendrá que pagar el estado por su deuda pública, lo que tiene implicaciones para todos los ciudadanos, pues la partida de los Presupuestos destinada al pago de estos intereses no podrá destinarse a otras rúbricas más importantes como infraestructuras o prestaciones sociales. Además, obliga a captar más fondos, lo cual puede traducirse en una subida de impuestos o emitir cada vez más deuda.

Su importancia también está a la hora de invertir. Los movimientos en la prima de riesgo se trasladan a las carteras de renta fija (especialmente bonos y obligaciones) y desde ésta a un enorme número de fondos de inversión (renta fija, renta fija mixta y renta variable mixta principalmente), y también productos de previsión como los planes de pensiones.

La renta fija en el mercado secundario

Si bien podemos comprar un bono y mantenerlo hasta su vencimiento recibiendo mientras tanto el interés pactado, en todo momento existe la posibilidad de venderlo en el mercado secundario al precio establecido por la oferta y la demanda. Sí, la renta fija fluctúa y esto tiene sus riesgos.

Pero, ¿qué determina el precio de la renta fija? El factor más importante es el tipo de interés, medido entre lo que paga el bono y el tipo de interés de mercado. Así, por ejemplo, si tenemos un bono al 3% y el tipo de mercado, el que se emite la deuda en ese momento, es del 2%, nuestro bono será más rentable y se pagará más por él. Por el contrario, si nuestro bono es del 3% y el mercado los coloca al 4%, no será atractivo y su precio será más bajo. 

Al interés hay que añadir otras variables como el tiempo que quede hasta que venza el bono, hasta que nos devuelvan el dinero invertido o la solvencia económica de la inversión, pues no es lo mismo invertir en deuda con garantía del Estado que hacerlo en una empresa con problemas. Esta última, tendrá que pagar un interés mayor para atraer más inversores.

En cualquier caso, la prima de riesgo se puede aplicar en cualquier activo de renta fija que se pueda comparar con otro de referencia de máxima seguridad, y constituye un cálculo muy importante a la hora de determinar la rentabilidad de los productos de renta fija y por ello, se tiene muy en cuenta a la hora de elegir cómo invertir.