Las Claves de la Fiscalidad de los SIALP

¿Cómo es la fiscalidad de los SIALP?

El Seguro Individual de Ahorro a Largo Plazo (más conocido por sus siglas SIALP) es un vehículo de ahorro e inversión surgidos en la reforma fiscal de 2014. Aunque cuentan con muchas particularidades, especialmente si se comparan con otros productos, lo que más destaca es, sin duda, su atractiva fiscalidad.

En este artículo, te explicaremos cómo es la fiscalidad de los SIALP, qué les hace tan especiales y cuándo te conviene contratar uno para disfrutar de todas sus ventajas. 

 

El origen de los SIALP: la reforma fiscal de 2014 

El 28 de noviembre de 2014, el Gobierno aprobó la reforma fiscal, que profundizaba en una serie de medidas de calado para modificar el sistema tributario y adaptarlo a la nueva realidad nacional e internacional.   

Entre estas medidas, se introdujeron los conocidos como Planes de Ahorro 5, un producto novedoso que introducía ventajas fiscales para los ahorradores. Estos instrumentos pueden adoptar tanto la forma de cuenta bancaria (a través de los CIALP) o de un seguro, el SIALP.  Los requisitos para disfrutar de un SIALP son los siguientes:  
 

  • El producto deberá garantizar, al menos, el 85% de la inversión para el ahorrador. 
  • Tomador, asegurado y beneficiario debe ser la misma persona.
  • No se permiten rescates parciales. 
  • El tomador solo puede ser titular de un único SIALP de forma simultánea. 
  • El tomador debe ser titular de la cuenta bancaria tanto para las aportaciones como los recates. 

 

El principal beneficio fiscal de los SIALP 

La principal ventaja fiscal de los SIALP es que los rendimientos generados disfrutarán de exención en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Además, una enmienda al proyecto de ley introdujo la posibilidad de movilizar el capital entre seguros y depósitos sin perder el beneficio fiscal, como ocurre con los traspasos entre fondos de inversión. 

No obstante, para que los rendimientos que genera el SIALP queden exentos de tributación deben cumplirse dos condiciones: 

  • La primera es que es necesario mantener la inversión un mínimo de 5 años.  
  • La segunda es no superar los 5.000 euros por persona y año. Esto no quiere decir que el capital no se pueda rescatar antes, ya que el producto es totalmente líquido. 

Si el titular rescata el capital antes de esos cinco años o incumple en algún momento el límite de aportación de 5.000 € anuales, la entidad financiera o la aseguradora deberá practicar la retención o pago a cuenta correspondiente sobre los rendimientos del capital mobiliario obtenidos desde la apertura del SIALP, incluidos los que pudieran obtenerse con motivo de la extinción del mismo. 

Estas rentas se considerarán rentas del ahorro, y se incluirán en la conocida como base imponible del ahorro, que tributan en unos tramos específicos y diferentes a los tramos aplicables para las rentas del trabajo. En España, a enero de 2023, estos tipos son los siguientes: 

 

Tramo 

Tipo aplicable 

Hasta 6.000 € 

19% 

Desde 6.000 € hasta 50.000 € 

21% 

Desde 50.000 € hasta 200.000 € 

23% 

Más de 200.000 € 

26% 

No obstante, existe una ventaja fiscal adicional: se podrá traspasar el capital de un SIALP a otro SIALP o a un CIALP sin impacto fiscal, tal y como ocurre con los fondos de inversión y los planes de pensiones. Y, lo mejor de todo, sin perder los beneficios fiscales de estos productos si se siguen cumpliendo con las condiciones para hacerlo. 

Qué ocurre con el SIALP si fallece el titular 

Dado que el SIALP se instrumentaliza a través de un seguro de vida-ahorro, en caso de que fallezca el titular, los beneficiarios designados recibirán el capital del SIALP. Eso sí, en este caso, las prestaciones estarán sujetas al pago del Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD), tal y como ocurre con cualquier otro seguro de vida cuando el titular fallece. Este impuesto está cedido a las Comunidades Autónomas, que son quienes regulan el tributo y establecen las condiciones para su declaración. 

De este modo, el capital asegurado recibido por los beneficiarios se suma a la base imponible sobre la que se calcula el pago del impuesto. No obstante, la normativa vigente establece una reducción general en función del grado parentesco entre la persona fallecida y los beneficiarios. Y, como el ISD es un impuesto cedido a las Comunidades Autónomas, cada una de ellas puede establecer las reducciones propias que considere, así como mejorar las condiciones estatales. 

 

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En definitiva, como ves, el SIALP es un instrumento de ahorro y previsión cuya principal ventaja es su atractiva fiscalidad. Eso sí, debes tener en cuenta que, para disfrutarlas, deberás reunir ciertas condiciones, por lo que puede que no sea un producto pensado para todos los ahorradores. 

 

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