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El Blog de Nationale-Nederlanden

Los planes de pensiones, en su condición de instrumento de ahorro para la jubilación, impiden a sus beneficiarios retirar el capital acumulado hasta el momento de su jubilación. Si bien la reforma fiscal ha abierto una ventana de liquidez a los diez años para que el titular pueda retirar parte de estos derechos consolidados, las condiciones para rescatar el plan de pensiones son circunstancias excepcionales muy específicas y se resumen en la incapacidad de la persona para generar ingresos por sí misma mediante su trabajo (por llegar el momento de la jubilación o una invalidez permanente, por ejemplo).

Cuando llega el momento de disfrutar de los ahorros que has acumulado durante años en tu plan de pensiones, surge una pregunta crucial: ¿deberías rescatar tu plan en forma de renta o capital? Ambas opciones tienen sus pros y contras, y la elección depende de tus circunstancias personales, necesidades financieras y objetivos a largo plazo. Elegir correctamente puede hacer una gran diferencia en tu bienestar económico durante la jubilación.

​Todos conocemos la historia de la cigarra y la hormiga. Sabemos que ambas, llegado el día, tendrán un retiro y se jubilarán, pero todo indica a que el de la hormiga será más dorado que el de la cigarra. Una buena hormiga no habrá perdido el tiempo y habrá ahorrado durante su vida laboral. Es posible que nuestra hormiga haya echado mano de un plan de pensiones, un instrumento financiero de ahorro para la jubilación al que habrá hecho aportaciones periódicas. Montoncitos que le permiten ahora, llegado el momento de su retiro, disponer de un capital.