Las lecciones financieras de El traje nuevo del emperador

​El traje nuevo del emperador, también titulado a veces El traje invisible o El rey desnudo es un cuento del escritor danés Hans Christian Andersen que nos aporta muchas enseñanzas vitales. También lo hace en el ámbito financiero.

El traje nuevo del emperador

En una comarca italiana vivía hace muchos años un rey muy aficionado a la ropa. En cierta ocasión, llegaron a su corte dos personas que se presentaron como capaces de tejer el traje más fabuloso nunca visto.

Para ello necesitaban toda clase de materiales carísimos: oro, plata, seda, etc. Además, el traje, según ellos, tenía una propiedad adicional: era invisible para las personas malas o tontas. Así, el rey podría detectarlos fácilmente y relevarlos en sus cargos por otras personas.

Durante varios días, los dos estafadores reclamaron los materiales caros y los vendían sin emplearlos en ningún traje. Sin embargo, cuando alguien les preguntaba por el trabajo, hacían como que lo mostraban. Nadie se atrevía a decir que no veía nada por miedo a ser tomado por malo o por tonto. Desde los ministros y consejeros hasta el propio rey callaron y dijeron ver un traje fabuloso.

Un día el rey salió en procesión y decidió ir con el traje. Los dos estafadores hicieron como que se lo colocaban, pero solamente llevaba puesta una camisa. Por supuesto, ni el rey ni ningún miembro de la corte se atrevió a advertir que iba desnudo, aunque así lo veían, por miedo a ser tomados por malos o por tontos.

Durante la procesión, todos alababan las ropas del rey, pero llegó un momento en el que un niño dijo: “mirad, el rey va en camisa”. Todo el mundo entendió rápidamente que había hablado la voz de la inocencia, que no mentía. Para ese momento ya era tarde, pues los estafadores habían huido lejos con el dinero que habían obtenido de la venta.

Las enseñanzas financieras de El traje nuevo del emperador

Cuando tomamos decisiones de inversión, solicitamos financiación hipotecaria o para montar un negocio, contratamos un seguro o realizamos cualquier otra actuación de tipo financiero, es aconsejable tener la actitud del niño en El traje nuevo del emperador y no la de dejarnos llevar por las apariencias. Veamos las principales enseñanzas.

Exponer claramente cuál es nuestra situación

Si el rey hubiese dicho que se veía desnudo, no habría hecho el ridículo ni hubiese sido estafado. Nuestras debilidades y problemas forman parte esencial de la toma de decisiones financieras. Si no se las exponemos a nuestros asesores o a las personas que comercializan servicios financieros, es imposible que nos puedan recomendar lo más adecuado para nosotros.

Hacer todas las preguntas necesarias

Es evidente que el rey del cuento y los miembros de la corte tenían que haber hecho muchas preguntas que hubiesen aclarado la verdadera situación. Del mismo modo, cuando nos ofrecen algo, debemos manifestar todas nuestras dudas. El pudor se paga caro en la toma de decisiones en general, y en las financieras en particular. Por negarnos a reconocer nuestra ignorancia, podemos acabar contratando algo que no entendemos.

Ser sinceros y no dejar espacio para los sobrentendidos

El rey del cuento acabó apareciendo como un estúpido precisamente por no decir nada, ya que se sobrentiende que no es un ignorante. Es bueno corroborar, en las decisiones financieras, que todo lo que nos parece es como creemos. Y también lo es manifestar todo aquello que no nos encaja.

No debemos dejarnos llevar por las apariencias, el pasado o lo que hace todo el mundo
En la vida, como en el cuento, seguir una corriente sin entenderla puede ser muy peligroso. No todo es como parece y es conveniente tener un cierto espíritu crítico que nos oriente sobre qué debemos hacer o evitar.