Lecciones financieras de la gallina de los huevos de oro

​En un tiempo muy lejano existía una pareja de granjeros que tenían una gallina que todos los días ponía un huevo de oro. Ansiosos, un día decidieron matar al animal para sacar ya todo el oro que pensaban que contenía dentro. Sin embargo, se encontraron con que, por dentro, era igual que todas. Su codicia los llevó a perder la gallina y los huevos. Esta antigua y sencilla fábula nos enseña mucho sobre nuestras finanzas personales actuales.

La fábula de la gallina de los huevos de oro ejemplifica los peligros de la codicia en las decisiones financieras

Las decisiones financieras tienen elementos de racionalidad. Pensamos qué es lo mejor para nosotros de acuerdo con nuestras preferencias, situación personal y familiar, circunstancias del entorno… y actuamos en consecuencia.

Las emociones también tienen un papel importante en esas decisiones, en parte porque contribuyen a dar forma a nuestras preferencias y también a la forma en la que percibimos la realidad. La codicia, por ejemplo, contribuye a que veamos determinados escenarios como más probables, sencillos y ventajosos de lo que son. 

Los protagonistas de la fábula de la gallina de los huevos de oro estaban cegados por la codicia. Lo querían todo y lo querían ya. No se pararon a pensar si existía un riesgo de que perdiesen al animal y la riqueza que les proporcionaba. Ese sentimiento ha movido a muchos especuladores a lo largo de los tiempos como, por ejemplo, durante la burbuja de los tulipanes holandeses.

El conocimiento y la prudencia son esenciales en la toma de decisiones financieras

Indudablemente, mataron la gallina porque no conocían las consecuencias de tal acción. Eso que parece muy exagerado es, sin embargo, relativamente frecuente en la toma de decisiones financieras.

 

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Por ejemplo, es el caso cuando invertimos en un negocio que nos recomiendan, pero que no comprendemos, cuando contratamos una hipoteca sin entender bien sus condiciones o cuando colocamos nuestros ahorros sin tener una idea la complejidad y los riesgos que pueda implicar la alternativa elegida.

 

La prudencia suele ser una buena consejera. Nos anima a incrementar nuestros conocimientos para comprender las implicaciones de nuestra decisión y, en todo caso, evita que tomemos inconscientemente decisiones cuyos riesgos no sean asumibles.

La importancia del patrimonio como enseñanza de la fábula de la gallina de los huevos de oro

Podríamos decir que la gallina era el patrimonio de los granjeros y los huevos de oro eran los rendimientos que producía. Al terminar con el patrimonio, acabaron con sus frutos.

El patrimonio es importante en las finanzas personales. Se acumula con vistas a la jubilación, pero no solamente. Además de servir para financiar otros proyectos y afrontar diversos tipos de circunstancias difíciles, es un importante respaldo para tomar decisiones con mayor libertad.