Pagos fraccionados en el IRPF: qué son y cómo te afectan

¿A quién corresponden los pagos fraccionados?

​Los pagos fraccionados son una de las obligaciones fiscales de los autónomos. Implican tanto el ingreso de una cantidad a la Hacienda Pública como la presentación de un modelo tributario.

¿Qué son los pagos fraccionados?

Los pagos fraccionados son una especie de adelanto del impuesto que hay que pagar por el rendimiento de nuestra actividad económica. Tienen una función semejante a la de las retenciones que se practican, por ejemplo, a los sueldos y pensiones o a determinados rendimientos procedentes de los ahorros, con la diferencia de que, las retenciones las realiza el pagador mientras que los pagos fraccionados los calcula e ingresa a Hacienda el autónomo.

Esos pagos se efectúan cuatro veces al año: entre el 1 y el 20 de abril, julio y octubre y entre el 1 y el 30 de enero del año siguiente. En cada uno de ellos se presenta el modelo tributario 130 o 131, dependiendo del método que utilices para determinar el rendimiento de la actividad.

¿Cómo se calculan los pagos fraccionados?

En estimación directa se hace un cálculo del rendimiento neto que ha habido desde el primer día del ejercicio hasta el último del plazo del trimestre al que se refiere el pago fraccionado. Se pagaría un 20% de ese importe menos las cantidades que ya se han pagado en anteriores pagos fraccionados del mismo ejercicio.

En estimación objetiva se parte de un cálculo del rendimiento neto de la actividad en función de los datos del primer día del ejercicio. A continuación, para calcular la cuantía del pago fraccionado, se multiplica esa cantidad por:

  • 0,02 si no se tienen trabajadores.
  • 0,03 si solamente se tiene un trabajador.
  • 0,04 en los demás casos.

En el caso de actividades agrícolas, ganaderas, forestales o pesqueras, cualquiera que fuese el método de determinación del rendimiento neto, el pago fraccionado es del 2% del volumen de ingresos del trimestre, excluidas las subvenciones de capital y las indemnizaciones.

No obstante, en cualquiera de los tres casos anteriores, a esa cantidad se le pueden practicar distintas reducciones y deducciones en función de aspectos como:

  • Las retenciones e ingresos a cuenta realizados.
  • Tener unos rendimientos netos de actividades económicas menores de 12.000 euros.
  • El hecho de tener derecho a deducción por inversión en vivienda habitual.
  • Realizar la actividad en Ceuta o Melilla.

Por otro lado, el cálculo indica un pa​go fraccionado mínimo, pero eso no quiere decir que el contribuyente no pueda optar por ingresar una cantidad mayor.

¿Cómo afectan los pagos fraccionados a la declaración de la renta?

Al llegar el momento de presentar la declaración, esos pagos fraccionados correspondientes al ejercicio que se declaran reducen la cantidad que nos toca pagar o incrementan la cantidad que corresponde que nos devuelvan. Es decir, en ese sentido cubren el papel de ir pagando poco a poco el IRPF que nos corresponde por las actividades económicas.