¿Cómo facturar sin ser autónomo? Requisitos y límites

¿Es posible emitir facturas sin necesidad de estar registrado como autónomo? La respuesta corta es sí, pero esta posibilidad viene acompañada de una serie de requisitos y límites que es crucial conocer y respetar. En este artículo, exploraremos las condiciones bajo las cuales puedes facturar sin ser autónomo, la definición de habitualidad y su impacto en los freelancers, los ingresos permitidos para no tener que darte de alta en el RETA, el proceso de alta en Hacienda y las obligaciones fiscales que conlleva facturar ocasionalmente.

Además, discutiremos las consecuencias de no cumplir con la normativa vigente. Así que, si estás considerando facturar por servicios puntuales o por ingresos esporádicos, sigue leyendo para asegurarte de hacerlo dentro del marco legal.

 

¿Puedo emitir una factura sin ser autónomo?

Sí, es factible emitir una factura sin ser autónomo en España. Esta flexibilidad se ofrece para facilitar la operativa de aquellos que realizan actividades económicas de manera no habitual o esporádica. Para ello, es imprescindible estar registrado en Hacienda, lo cual se realiza mediante la presentación de los modelos 036 o 037. Este trámite es esencial y debe hacerse antes de realizar cualquier actividad que conlleve la emisión de una factura.

Es importante destacar que, aunque no se requiere el alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) para facturar ocasionalmente, sí existen una serie de condiciones y límites que deben ser respetados. Entre ellos, se encuentra el no superar el umbral del Salario Mínimo Interprofesional con los ingresos obtenidos por estas actividades y no realizarlas de manera habitual.

Además, es fundamental mantener un registro de todas las operaciones y conservar las facturas emitidas, ya que estas serán necesarias para la declaración de impuestos correspondiente. La Agencia Tributaria puede requerir esta documentación en cualquier momento para verificar que se está cumpliendo con la normativa vigente.

 

¿Qué es la habitualidad y cómo afecta a los freelancers?

La habitualidad es un concepto clave en la legislación fiscal española que determina la necesidad de registrarse como trabajador autónomo. Se considera que una actividad económica es habitual cuando se realiza de forma continuada y sistemática, convirtiéndose en la principal fuente de ingresos de una persona.

Para los freelancers, entender la habitualidad es esencial, ya que marca la diferencia entre facturar ocasionalmente sin ser autónomo y la obligación de inscribirse en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). La ley no establece un límite exacto de ingresos o de frecuencia para definir la habitualidad, pero se utiliza el criterio del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) como referencia. Si los ingresos superan el SMI, se presume la habitualidad.

Además, la Agencia Tributaria puede considerar otros factores, como la regularidad de los trabajos realizados y si estos constituyen la actividad económica principal del individuo. Si un freelancer trabaja de manera recurrente y sus ingresos por esta actividad son la base de su sustento, se espera que se dé de alta como autónomo, incluso si los ingresos son inferiores al SMI.

 

Ingresos permitidos sin necesidad de darse de alta como autónomo

En España, la ley permite cierta flexibilidad para aquellos que realizan actividades económicas de forma no habitual. Puedes emitir facturas sin necesidad de estar registrado como autónomo siempre y cuando tus ingresos por estas actividades no superen el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y no se realicen de manera habitual.

 

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El SMI actúa como un umbral que determina la obligatoriedad de inscribirse en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Para el año 2021, el SMI se estableció en 950 euros mensuales. Si tus ingresos anuales por actividades independientes no superan esta cantidad, y estas actividades son esporádicas y no constituyen tu fuente principal de ingresos, entonces no es necesario que te des de alta como autónomo.

Además, debes tener en cuenta que, incluso sin superar el SMI, estás obligado a declarar estos ingresos en tu declaración de IRPF y, si corresponde, en la declaración de IVA. La transparencia y el cumplimiento de las obligaciones fiscales son fundamentales para evitar inspecciones y sanciones.

 

El Proceso de alta en hacienda: Modelos 036 y 037

Para aquellos que desean facturar legalmente en España sin la necesidad de inscribirse como autónomos, el proceso de alta en Hacienda es un paso fundamental e independiente del alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Este trámite se realiza a través de dos formularios específicos: el Modelo 036 y el Modelo 037.

El Modelo 036 es una declaración censal que permite informar a la Agencia Tributaria de tu inicio de actividad, cambios o cese de la misma. Es un formulario más detallado y extenso, adecuado para personas jurídicas y entidades sin personalidad jurídica, así como para autónomos que requieran inscribirse en el Registro de Operadores Intracomunitarios o que realicen operaciones sujetas a IVA.

Por otro lado, el Modelo 037 es una versión simplificada del Modelo 036, diseñada para autónomos y pequeños empresarios que no estén inscritos en el Registro de Operadores Intracomunitarios y que no realicen operaciones sujetas a IVA. Este modelo es más sencillo y rápido de completar.

Ambos modelos sirven para comunicar a la Agencia Tributaria los datos fiscales del contribuyente, la actividad económica que va a realizar y la elección del régimen de IVA e IRPF que le corresponde. Una vez presentado alguno de estos modelos, se obtiene el Número de Identificación Fiscal (NIF), que será necesario para emitir facturas y realizar cualquier tipo de trámite fiscal.

 

 

Obligaciones fiscales para quienes facturan ocasionalmente

Incluso si no estás registrado como autónomo y realizas actividades económicas de forma esporádica, es importante ser consciente de que tienes obligaciones fiscales que cumplir. Estas obligaciones incluyen la presentación de la declaración de IVA y del IRPF correspondiente a las facturas emitidas.

La declaración de IVA debe realizarse trimestralmente a través del Modelo 303, donde se detallan las operaciones sujetas a este impuesto. Si has emitido facturas con IVA, deberás ingresar la cantidad correspondiente. En caso de haber soportado IVA en tus compras o gastos, podrás deducirlo, siempre que esté relacionado con la actividad facturada.

En cuanto al IRPF, si has realizado una actividad económica y emitido facturas, deberás incluir esos ingresos en tu declaración anual. Dependiendo de la cantidad y la frecuencia, podrías necesitar realizar pagos fraccionados a cuenta del IRPF a través del Modelo 130. Esto es aplicable si el resultado de tu actividad económica es positivo y si no estás sujeto a retención por parte de tus clientes.

 

Consecuencias de no facturar correctamente

 

Facturar de manera incorrecta o no cumplir con los requisitos establecidos por la legislación española para la emisión de facturas sin ser autónomo puede tener consecuencias significativas. La Agencia Tributaria está en su derecho de imponer sanciones económicas a quienes no respeten las normas fiscales.

Estas sanciones pueden variar dependiendo de la gravedad de la infracción. Por ejemplo, si se factura sin estar dado de alta en Hacienda, o si se superan los límites de ingresos establecidos para la facturación sin ser autónomo, se pueden aplicar multas que van desde el 50% hasta el 150% de la cantidad no declarada. Además, se pueden imponer recargos e intereses de demora, aumentando aún más la cantidad a pagar.

Es crucial entender que la Agencia Tributaria tiene mecanismos para detectar actividades económicas no declaradas. Esto incluye cruces de información con otras bases de datos y la colaboración con otros organismos. Por lo tanto, la probabilidad de que las actividades no declaradas sean descubiertas es alta, y las consecuencias económicas pueden ser sustanciales.

Para evitar estos problemas, es esencial facturar correctamente, cumpliendo con todos los requisitos legales.

Un asesor fiscal cualificado puede proporcionarte una orientación valiosa y asegurarse de que cumples con todas las normativas vigentes. Este especialista puede ayudarte a entender mejor tus responsabilidades, optimizar tu declaración de impuestos y evitar errores que podrían resultar en sanciones.