¿De qué nos protegen los seguros de viaje?

Cuando se viaja por placer o por trabajo, hay que ser consciente de que existen riesgos que se pueden materializar y, en algunos casos, convertir en un problema, de tal manera que el tiempo que se iba a dedicar a descansar o a los negocios, pueda transformarse en algo bien distinto. Un riesgo que siempre está presente es el de accidente, que puede surgir por multitud de situaciones desencadenantes pero que, en según qué tipo de viajes, conviene cubrir o no.

Por ejemplo, en los viajes que se realizan a la nieve para practicar deportes de montaña, siempre conviene contar con un seguro especializado que cubra la actividad que se vaya a llevar a cabo. En este caso, es habitual que haya una cierta confusión, al haber muchas personas que piensan que su seguro de salud estándar cubre los gastos médicos de las lesiones por accidente al practicar deportes de nieve. Sin embargo, la realidad es bien diferente porque muchas pólizas la excluyen explícitamente, al ser consideradas actividades de alto riesgo, y, por tanto, los gastos derivados del accidente correrán por cuenta del accidentado.

Si el accidente se produce en el extranjero, además de la factura sanitaria por el accidente, hay que tener en cuenta los gastos de repatriación, las necesidades especiales en el transporte (por ejemplo, la necesidad de contratar dos plazas en un avión), responsabilidad civil (por lesiones a terceros o daños), entre otros. Por tanto, viendo las consecuencias que puede tener un accidente por practicar una actividad de riesgo, queda demostrada la necesidad de contar con un buen seguro.

Además de los seguros que cubren imprevistos que puedan surgir durante los viajes, también conviene prestar atención a los seguros que dan cobertura a las personas que, por su perfil, tienen una cierta incertidumbre antes de viajar y, por tanto, son susceptibles de perder el dinero gastado con antelación al viaje, por no poder viajar. Esto sucede con gente de negocios, cuya agenda cambia de un día para otro; con familias, que deben renunciar a viajar porque alguno de sus miembros se pone enfermo; o con deportistas, que a lo mejor tienen que renunciar a viajar a última hora por lesión.

​Entre los productos de seguros de viajes que estas personas pueden encontrar, están los que se encargan de cubrir situaciones de causa mayor que imposibilitan realizar el viaje. La clave de este tipo de producto de seguros es qué situaciones cubre y cuales no y a qué gastos da cobertura, es decir, no todas las causas que impiden un viaje están cubiertas en todos los seguros, ni tampoco se reembolsan todos los gastos. En algunos, además, existen cantidades máximas y todo lo que pase dicha cantidad, no se atiende.