Ir al contenido
El Blog de Nationale-Nederlanden

​Hace unos meses, la Asociación de Entidades de Seguros ICEA publicó los datos sobre la distribución de las diferentes intervenciones que se habían realizado en el año 2016 en viviendas donde se tenía contratado un seguro de hogar. De nuevo, y en una proporción que apenas ha cambiado en los últimos años, las actuaciones más frecuentes son por siniestros producidos por daños por agua, con un 30,1%. Sin embargo, la segunda de ellas no es producida por un accidente o rotura, sino que es por servicios de asistencia en el hogar, con un 21,5%. Aunque parezca sorprendente, lejos quedan otro tipo de siniestros como los que se producen por rotura de cristales (15,8%), daños eléctricos (9,2%), o robo (5,7%).

Aunque los robos con fuerza en domicilios hayan disminuido de forma considerable en el primer semestre del 2017 con respecto al mismo periodo de 2016, en concreto un 11,8% según las estadísticas de criminalidad que publica del Ministerio del Interior, este tipo de delito sigue estando entre los más importantes. En concreto, en estos seis primeros meses del 2017, se han producido 50.939 de este tipo de robos.  

​Son muchas las personas que tienen una segunda vivienda en propiedad sin alquilar, simplemente con el fin de pasar allí una semana en verano o un fin de semana en cualquier momento del año. Otras, en cambio, pueden utilizarse durante más tiempo porque esté cercana a su residencia habitual. Cualquiera de ellas tienen un elemento común: dado que no se reside en las mismas de forma habitual, hay más riesgos, que se pueden paliar gracias a un seguro del hogar.

​Vacaciones, tiempo de esparcimiento, de relax y de abandonar la rutina, pero también nuestra casa. Justamente por esto, también es buen momento para que consideremos la contratación de un seguro esencial: el seguro de hogar.

​El seguro de hogar nos ofrece un conjunto de coberturas y prestaciones para tratar los problemas que puedan surgir con nuestra vivienda e, incluso, fuera de ella. En caso de alquiler puede ayudar a resolver diversas incidencias, como un impago, e incluso contribuir a su prevención.

​Pensar en un seguro de vida con 20 años no suele ser lo habitual, del mismo modo que con 70 años muchas personas ya no piensan en asegurar su móvil u otros aparatos tecnológicos. Porque cada edad lleva aparejadas una serie de costumbres y también de necesidades, entre las que están los seguros.

​El seguro del hogar es el elemento más importante de la casa. Podemos esperar para tenerla más amueblada o cambiar la pintura o la distribución de los muebles, pero cuando adquirimos una vivienda, lo primero es el seguro para que esté protegida ante cualquier contratiempo, accidente, catástrofe natural o robo.

​Un incendio puede poner en peligro nuestra vida, la de nuestra familia e, incluso, la de terceras personas. Además, puede provocar distintos tipos de pérdidas materiales y económicas que, afortunadamente, se pueden cubrir con un buen seguro de hogar. Veamos cuáles son las principales.

Asegurar una casa es una cuestión muy importante, pues en nuestro hogar es donde guardamos todas nuestras posesiones. En nuestra vivienda está nuestra vida, y como tal debe estar protegida por si ocurre algún accidente. No obstante, en muchas ocasiones no ponemos el celo adecuado a la hora de contratar el seguro del hogar.