¿Es más rentable invertir en vivienda que en otros activos?

​En España, la inversión en vivienda es la forma de ahorro más extendida que existe. Nuestra cultura prefiere comprar una casa antes de alquilarla porque muchos consideran esta última opción como una forma de “tirar el dinero”. Bien es cierto que comprar una casa asegura un patrimonio que el día de mañana puede revalorizarse (aunque no fue así durante la crisis, cuando muchos españoles vieron cómo el precio de sus inmuebles llegó a bajar a la mitad) y que, además, puede alquilarse a terceros y conseguir una renta extra mensualmente.

La crisis cambió muchos de estos paradigmas que parecían inamovibles, sobre todo entre los más jóvenes, que ni quieren ni pueden, en la mayoría de los casos, comprarse un piso como hicieron sus padres. A la hora de invertir, la nueva generación de inversores eligen otros activos más accesibles y, sobre todo, más líquidos, como los fondos de inversión o las propias acciones de empresas. Porque recordemos que vender una casa de hoy para mañana es muy complicado, por ello no es la opción más idónea cuando se quiere recuperar pronto la inversión.

No obstante, invertir en vivienda puede ser una opción interesante a largo plazo, pues se trata de un activo que genera plusvalías constantes si se dedica al alquiler. Pero, ¿Cuánto se puede ganar? Así se calcula la rentabilidad del alquiler, por si quieres hacer alguna comparación con otros productos de inversión.

¿Cómo se calcula la rentabilidad de un alquiler?

Para saber si un alquiler es rentable basta con hacer un sencillo cálculo. Hay dos tipos de rentabilidades, la bruta, en la que no se incluyen los gastos que tiene que hacer frente el propietario que alquila (como la comunidad, el agua, el IBI y los impuestos que hay que pagar o los seguros contratados) y la neta, que es la que realmente nos va a indicar si ese alquiler es rentable o no, ya que sí que incluye los gastos.

Por ejemplo, en el caso de la rentabilidad bruta, si el inmueble costó 150.000 euros y se obtiene una renta anual por su alquiler de 12.000 euros, la rentabilidad bruta sería del 8%, que resulta de dividir esos 12.000 euros entre los 150.000 y suprimiendo los decimales, porque el resultado de la división es 0,08, y multiplicarlo por 100.

Por su parte, la rentabilidad neta se calcula de la misma forma, pero restando a los ingresos los gastos. Si por ejemplo los gastos son de 3.500 euros al año, tendríamos unos ingresos netos de 8.400 euros, que se dividen entre los 150.000 del precio del inmueble. De este modo, la rentabilidad neta bajaría al 5,6%.

Pero, ¿Cuándo puede ser rentable mi alquiler?

A partir de aquí, la pregunta que podríamos hacernos es cuál es el umbral en el que realmente el alquiler es rentable. En este punto, no hay una cifra según la cual ya sea rentable tener un piso alquilado, si bien las que están por encima del 5% ya se consideran interesantes, especialmente en un contexto de bajos tipos de interés como el actual, en el que la mayoría de productos financieros sin riesgo no producen apenas rentabilidad. 

No obstante, lo más importante de tener un piso alquilado es que es un activo que enriquece tu patrimonio, de modo que la rentabilidad llega por varias vías, siendo la del alquiler una más, pero que puede convertirse en la más rentable si el piso se acondiciona al máximo o se encuentra en una de las mejores zonas de la ciudad, lo que contribuye a aumentar su valor a lo largo del tiempo.