Ana Moreno
Desde hace más de ocho años formo parte del equipo de Nationale-Nederlanden España, y actualmente lidero el área de activos digitales. Mi misión es clara: diseñar experiencias digitales útiles, accesibles y centradas en las personas, que ayuden a nuestros usuarios a tomar decisiones informadas sobre su bienestar financiero.
Cada contenido que publico en este blog está pensado para aportar valor real. Me aseguro de que la información sea clara, actualizada y útil, con el objetivo de acompañarte en tus decisiones financieras de forma sencilla y transparente.

La Encuesta de Presupuestos Familiares es una de las encuestas más antiguas de las que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) y, a pesar de ser desconocida por muchos, tiene una gran utilidad. Como su propio nombre indica, proporciona información sobre el tipo destino de los gastos de consumo, pero también sobre diversas características relativas a las condiciones de vida de los hogares. Aunque ha variado mucho en el tiempo desde su creación en 1958, especialmente en cuanto a la metodología o periodicidad en la presentación de los resultados, su utilidad no ha dejado de aumentar.

Los seguros de viaje son unos aliados perfectos para cubrir el riesgo de los imprevistos que impiden disfrutar de un plan por algún motivo que se escapa de nuestro control. En muchas ocasiones, con tarifas cuyas condiciones no ofrecen la posibilidad de reembolsar, o que en caso de cancelación o no presentarse el cliente, conllevan una importante penalización, así que si no quieres perder dinero por no poder viajar, estos son los seguros que tienes a tu disposición.

La prima es uno de los elementos centrales del seguro. Es lo que pagamos para que, a cambio, la compañía aseguradora pueda hacer frente a los riesgos descritos y cubiertos en la póliza. Por todo ello, el pago de la prima es la obligación principal del tomador en cualquier contrato de seguro y está obligado a realizarlo en las condiciones estipuladas en la póliza.

Manos a la obra; es hora de planificar nuestras vacaciones, de meternos en faena para encontrar el viaje soñado y, a ser posible, hacerlo sin que nuestro bolsillo se vea demasiado afectado. Algunas consejos para ahorrar en vacaciones son bastante evidentes: cuanto mayor sea la antelación con la que reservamos los billetes y los hoteles, más barato nos podrá salir; y si elaboramos un presupuesto para saber cuánto y en qué podemos gastar, más probabilidad habrá de que ahorremos. Sin embargo, hay otros muchos más aspectos que nos conviene tener en cuenta si queremos ahorrar en nuestras vacaciones.

Los billetes de avión, el pasaporte, la maleta, la guía de viaje… y la divisa. Ahora que se acercan las vacaciones muchos preparan ya su escapada al extranjero, unos preparativos en los que a veces dejamos de lado algo tan importante como la gestión de nuestro dinero en el viaje. Al salir al extranjero, sobre todo si es a un país fuera de la Eurozona, conviene pararse a pensar qué nos conviene más: si llevar una tarjeta para pagarlo todo o cambiar una cantidad de dinero que nos sea suficiente para hacer frente a todos los gastos.

Cada día es más habitual que las empresas ofrezcan beneficios sociales a sus empleados más allá del salario monetario. La retribución flexible está adquiriendo un papel cada vez más importante para motivar a los empleados, ofrecerles un salario neto mayor y, de paso, beneficiarse de alguna que otra bonificación fiscal.

Cuando hacemos la compra, solemos acudir a un único establecimiento donde adquirimos todos los productos que necesitamos. Este espacio físico, más conocido como supermercado, ofrece una cesta básica de bienes de diferentes marcas, donde nosotros como consumidores somos soberanos y podemos elegir los productos que mejor encajen con nuestras necesidades, bien sea por el precio o por su calidad.

Una mudanza para irse a vivir a otro lugar suele ser un proyecto ciertamente complicado. Se requiere una buena dosis de planificación y coordinación de personas y equipos, para que todo salga en tiempo del hogar de origen y llegue al de destino en perfectas condiciones.

En general, los seguros de vida se contratan por personas que tienen cargas familiares, la mayoría de ellas mayor de 40 años y, por tanto, con el deber y la necesidad de garantizar una cobertura y el mayor bienestar posible para los suyos. Las personas jóvenes, sin embargo, rara vez se preocupan por lo que les deparará el futuro, y mucho menos si no tienen hijos o personas a las que proteger.