¿En qué consisten los seguros de jubilación?

Como dice un personaje de Woody Allen, "me interesa el futuro porque es donde voy a pasar el resto de mi vida". Sin duda, cuando diseñamos en nuestra mente ese futuro -además de los coches que se conducen solos o los chips que nos implanten-, lo que abarca gran parte de nuestro pensamiento es la jubilación. ¿Tendremos lo suficiente para disfrutar de un retiro dorado? Los seguros de jubilación están diseñados para ayudarnos a responder a esa pregunta con un sí; se trata de ahorrar ahora para tener un colchón, un complemento, cuando nos instalemos en nuestro futuro.

El sistema de funcionamiento de un seguro de jubilación es sencillo. Funcionan como un seguro de ahorro, en el sentido de que su objetivo es constituir un capital asegurado a largo plazo mediante el pago de unas primas periódicas. Se trata de aseguramos un capital y una determinada rentabilidad durante un plazo determinado. Estos seguros se suelen diseñar a la carta; esto es, la aseguradora lo realiza de manera personalizada adaptando a nuestras necesidades el plazo de la inversión, la cantidad que deseamos invertir, cuando recuperaremos nuestra inversión, etc.

Dentro de ese diseño a la carta, también podremos elegir si realizar las aportaciones (prima) de forma periódica, cada mes, trimestre, año…, o si lo que queremos es hacer una única aportación. Durante la vigencia del seguro podremos, además, decidir si queremos parar esas aportaciones sin que con ello se paralice nuestra póliza, que seguirá generando rendimientos, aunque, en tal caso, el capital garantizado a vencimiento disminuiría. 

Seguros de jubilación frente a planes de pensiones

Las comparaciones son odiosas, pero muchas veces necesarias para entender mejor las cosas y poder distinguir opciones. En lo que hemos comentado con anterioridad ya encontramos que la principal diferencia entre los planes de pensiones y el seguro de jubilación es que este último lo podemos recuperar cuando nos convenga.

Otra característica a tener en cuenta entre uno y otro es su distinta manera de rendir cuentas a Hacienda. El principal atractivo de los planes de pensiones es que ofrecen la posibilidad de desgravarse cada año en el IRPF las aportaciones que se hacen al plan, pero ten en cuenta que al jubilarte tributarás por todo lo percibido como rendimiento del trabajo al tipo de gravamen general. Por su parte, el tratamiento fiscal de los seguros de jubilación se realiza en el momento en que rescatamos el capital, en el que las las plusvalías generadas tributan como rendimiento de capital mobiliario, al tipo de gravamen del ahorro, no pagaremos impuestos por el dinero recibido pero sí por los rendimientos obtenidos. ​

La idea está clara, ahorrar de cara a la jubilación, lo que ahora habrá que poner en la balanza son los pros y los contras de las diferentes opciones. Fiscalidad, liquidez  y rentabilidad es lo que conviene tener presente cuando vayamos a elegir un sistema de ahorro de cara a instalarnos a gusto en nuestro futuro.