En nuestra tierna infancia, una golosina era uno de los más preciados manjares que nos podíamos llevar a la boca. Resistir la tentación de no comernos aquella bolsa que nos compraban nuestros abuelos era misión casi imposible. Y no digamos ya si esto se producía tras varios días de abstinencia; la probabilidad de que la golosina siguiese ahí durante más de 2 minutos era prácticamente nula.
La inflación, la subida generalizada en el precio de los productos, puede tener efectos muy perjudiciales para la economía. Sin embargo, el caso contrario, la deflación, o dicho de otro modo, el decrecimiento de los precios, puede ser igual de perjudicial. En ambos casos, los riesgos aumentan cuando el efecto es continuo en el tiempo. El caso menos evidente es el de la deflación, ya que es vista por los consumidores con buenos ojos, debido a que se abaratan los productos y servicios. Sin embargo, detrás de este supuesto beneficio, también existen problemas.
El pasado 4 de mayo, el Banco Central Europeo anunció que dejaría de emitir los billetes de 500 euros a partir de 2018, año en el cual entrarían en circulación los nuevos billetes de 100 y 200 euros. Se trata de una decisión muy esperada por muchas personas, que veían en el billete morado una forma de evadir impuestos y el medio de pago perfecto para financiar actividades ilegales y fines delictivos. Después de esta controvertida decisión, son muchos los que se preguntan si ésta podría ser la antesala a la desaparición del dinero en efectivo.
Las Sociedades de Inversión de Capital Variable (más conocidas por sus siglas, SICAV) son un instrumento de inversión colectiva con una serie de requisitos mínimos que le han convertido en una de las mejores formas de inversión para las grandes fortunas: tiene que estar constituida con un capital de, al menos, 2,4 millones de euros y 100 partícipes.
22/08/2016
Levantarte, coger el micrófono y poder tomar decisiones importantes sobre la empresa en la que tienes invertido tu dinero. Aunque sea una vez al año y aunque tengas que cumplir ciertos requisitos, si quieres, puedes hacerlo. Si eres accionista de una compañía tienes derecho a acudir a su Junta General y
Aunque parezca contradictorio, cuando operamos en bolsa estamos continuamente condicionados por nuestros sentimientos. No en vano, las fases de euforia y pánico son muy habituales en los medios de comunicación y entre los inversores, al hablar de movimientos a la baja y al alza de los mercados, respectivamente.
Si un buen día tu jefe te da la opción de subirte el sueldo los próximos dos años o dejártelo congelado, con total seguridad tu respuesta sería optar por la primera opción. Quién en su sano juicio rechazaría una subida de sueldo, máxime cuando la otra opción es que no te lo suban. Pues bien, esta decisión, que a priori no debería requerir de mayor deliberación, puede ser más difícil de tomar si tenemos en cuenta todos los factores económicos.
Muchas personas que conviven en pareja coinciden en una misma afirmación: sus economías mejoran si gestionan sus finanzas familiares de manera conjunta. Dado que la mayor parte de los gastos son compartidos, todo les sale por la mitad (electricidad, agua, calefacción, etc.). Sin embargo, todavía hay muchas parejas que gestionan su economía con cuentas separadas pero, ¿qué es mejor?
La relación de muchos clientes con sus entidades financieras ha tenido un antes y después durante este periodo de crisis económica. Entre otros factores, este cambio se ha producido como consecuencia del reducido nivel de cultura financiera de nuestro país, uno de los más bajos entre los países de nuestro entorno. Son muchas las personas que no entienden el funcionamiento de productos financieros básicos y, por supuesto, mucho menos cuando se trata de complejos. Además, figuras como la del asesor financiero independiente están muy poco desarrolladas en España, por lo que el inversor que adquiere estos productos cede indebidamente la responsabilidad de elegir un producto al vendedor.