Muchas personas que conviven en pareja coinciden en una misma afirmación: sus economías mejoran si gestionan sus finanzas familiares de manera conjunta. Dado que la mayor parte de los gastos son compartidos, todo les sale por la mitad (electricidad, agua, calefacción, etc.). Sin embargo, todavía hay muchas parejas que gestionan su economía con cuentas separadas pero, ¿qué es mejor?
La relación de muchos clientes con sus entidades financieras ha tenido un antes y después durante este periodo de crisis económica. Entre otros factores, este cambio se ha producido como consecuencia del reducido nivel de cultura financiera de nuestro país, uno de los más bajos entre los países de nuestro entorno. Son muchas las personas que no entienden el funcionamiento de productos financieros básicos y, por supuesto, mucho menos cuando se trata de complejos. Además, figuras como la del asesor financiero independiente están muy poco desarrolladas en España, por lo que el inversor que adquiere estos productos cede indebidamente la responsabilidad de elegir un producto al vendedor.
Muchas personas se preguntan sobre la fórmula para comprar billetes de avión baratos y así volar a precios bajos siempre. ¿Existe o es algo imposible? ¿Qué podemos hacer para encontrar buenos precios y así ahorrar en el presupuesto para nuestras próximas vacaciones?.
La figura más importante del seguro de vida es el beneficiario, es decir, la persona que recibirá la prestación económica estipulada en el contrato del seguro en caso de fallecimiento del titular y de otros supuestos contemplados en la Ley, como la invalidez. En la mayoría de los casos se designa de forma expresa el beneficiario, lo cual facilita el cobro del mismo, pero no existe obligación de hacerlo. En este último caso, en caso de fallecimiento del titular, los beneficiarios son los herederos del titular, que tendrán que cumplir una serie de requisitos para conseguir el cobro de la forma más rápida y sencilla posible.
La tasa de desempleo en España sigue bajando, aunque sus datos siguen siendo más que preocupantes. Con un índice del 20,90% a cierre de 2015, el reto para el 2016 es romper de forma clara la barrera del 20% y alejarse de los fantasmas de la crisis que comenzó en 2007. Las razones de esta alta cifra por desempleo son muy variadas, pero muchas de ellas tienen un componente estructural, a largo plazo. Entre ellos, destaca la rigidez del mercado de trabajo, que tiene uno de sus factores más claros en la movilidad geográfica.
Como cada año por estas fechas, tenemos que volver a regularizar nuestra situación con la Agencia Tributaria a través de la Declaración de la Renta. Al calcular el resultado, si te sale a pagar, debes saber que podías haber hecho las siguientes cinco cosas para optimizar tu Declaración de la Renta.
En prácticamente ningún momento de la historia, los precios se han mantenido inalterados de un año para otro. Pensemos en lo que podía costar comprar el periódico o una barra de pan hace 50 años y en cuánto cuesta ahora. Y pensemos en cuánto pagábamos por nuestra tarifa de móvil apenas cinco años y en cuánto pagamos ahora. Son las dos caras de la misma moneda, aunque con connotaciones muy diferentes: en la primera de ellas, la inflación ha provocado que paguemos más por los mismos bienes mientras que, por su parte, una mayor competencia entre compañías ha servido para que gastemos menos en nuestra factura de telefonía móvil.
Cualquier producto que compremos, especialmente los dispositivos electrónicos, pierde valor desde ese mismo momento. Y no solo por el uso; el propio paso del tiempo y la aparición de nuevos modelos en el mercado, que en muchas ocasiones incorporan más prestaciones y una mejor tecnología, provocan un envejecimiento acelerado de nuestros dispositivos.
En los últimos meses, los medios de comunicación están incluyendo dentro de sus titulares noticias sobre el desplome de los precios del petróleo. Si a principios de 2012, el precio de esta importante materia prima alcanzaba los 125 dólares, hoy está por debajo de los 50 dólares. Esta rebaja tiene muchos más efectos sobre la economía y las finanzas de lo que pensamos.