¿Euros o dólares? ¿Qué moneda elegir para mi fondo de inversión?

​Muchos fondos de inversión ofrecen ya la posibilidad de contratar este tipo de instrumentos en varias monedas: euros, dólares, yenes, yuanes... Por esta razón, una de las preguntas que muchos inversores se hacen a la hora de contratar un fondo de inversión que tiene posiciones en valores fuera de Europa es: ¿en qué moneda debo invertir? ¿en euros o en dólares?

La pregunta no es baladí, pues influyen una serie de factores que pueden condicionar por completo la evolución de nuestra inversión. Por eso, vamos a analizar cuáles son las ventajas y los inconvenientes de cada opción.

El riesgo de divisa cuando invertimos

El hecho de que dos pares de divisas fluctúen hace que los inversores tengan que contemplar un riesgo adicional a la hora de formar sus carteras, incluso en aquellas más conservadoras: el riesgo de divisa. Por ejemplo, en 2017, el dólar estadounidense (USD) se depreció aproximadamente un 12%, lo cual ha impactado negativamente en las carteras europeas, desde un -1,2% menor rentabilidad para la cartera de fondos más conservadora hasta un -3,6% menor rentabilidad para la cartera más agresiva.

En muchas ocasiones, los inversores deciden cubrir este riesgo con seguros de cambio, que no son más que coberturas diseñadas para evitar que el tipo de cambio aumente la volatilidad de sus carteras y, de esta manera, reduzcan el riesgo. Sin embargo, estos productos tienen un coste fijo y, en cualquier caso, podríamos estar perdiendo la posibilidad de revalorización si la divisa se aprecia.

¿Cuáles son las opciones?

En general, las gestoras más grandes pueden ofrecer sus fondos de inversión en monde tres clases diferentes: clase en euros con cobertura de divisa, clase en euros sin cobertura de divisa y clase en la divisa origen. Veamos lo que ocurre con cada una de ellas.

Clase en euros con cobertura de divisa

En esta clase, el fondo de inversión está denominado en euros, pero cubre la divisa a través de un seguro de cambio. La rentabilidad, por tanto, debería ser similar a la del mismo fondo denominado en otra divisa, por ejemplo, dólares. Es decir, la cotización de la divisa no debería afectar a la rentabilidad del fondo. Sin embargo, en este caso, el seguro de cambio tiene un coste asociado que normalmente el fondo repercute en el inversor a través de una comisión de gestión mayor que, por tanto, reduce la rentabilidad efectiva del fondo. De los tres, es el fondo que menor riesgo tiene.

Clase en euros sin cobertura de divisa

En este caso, el fondo también está denominado en euros pero, al no estar cubierta la divisa, la rentabilidad del fondo está condicionada por la evolución del par de divisas, lo que puede tener efectos negativos sobre la cartera si la divisa origen se aprecia, o positivos si se deprecia. Sin embargo, el coste de transacción del fondo es menor, pues no es necesario contratar ningún seguro pero, a cambio, aumenta la volatilidad y riesgo de la cartera.

Clase en divisa origen

En este caso, el fondo está denominado en la divisa origen, por ejemplo, en dólares. En esta clase, el fondo invierte directamente en las acciones que componen su cartera, no se cubre el riesgo divisa. Sin embargo, a la hora de recuperar nuestra inversión, tendremos que cambiar la divisa por euros, lo que puede suponer, por un lado, un coste y, por otro, una mayor volatilidad en función de la evolución de ese par de divisas.

Entonces, ¿Qué es mejor?

Lo cierto es que no existe una respuesta única. Cada una de ellas tiene sus ventajas e inconvenientes, y en todo caso dependerá del perfil del inversor. Por ejemplo, un inversor más conservador elegirá la cobertura de divisa para que su cotización no aumente el riesgo de cartera, aunque su fondo sea algo más caro; por su parte, un inversor con un perfil más arriesgado que tenga un perfil de inversión de más largo plazo se decantará por la opción del fondo sin cobertura de divisa, especialmente porque a largo plazo las comisiones pueden reducir la rentabilidad de inversión de manera significativa.