Ir al contenido
El Blog de Nationale-Nederlanden

La tecnología no tiene que ser algo únicamente para los más jóvenes. De hecho, puede ser una herramienta valiosa para mejorar la calidad de vida en diversas etapas, incluyendo la jubilación.

Nunca pensaste que fuera posible: enamorarte perdidamente a una edad más avanzada. ¡Pero ha pasado! Has conocido al hombre o la mujer con quien quieres pasar el resto de tu vida y no puedes esperar a vivir juntos.

¿No estás listo para cambiar tus zapatillas de correr por el bastón? Buenas noticias, aún puedes hacer ejercicio intenso después de cumplir 65 años si tienes ganas.

Factores que condicionan la futura jubilación

Una de las preocupaciones más habituales entre la mayoría de los trabajadores, en especial, entre aquellos cuya jubilación está más cercana, es saber cuánto dinero necesitarán en el momento de su jubilación. La pregunta es obvia: ¿necesitaré mantener mi poder adquisitivo o será suficiente con disponer de una renta mensual algo menor?

Uno de los mayores miedos que tenemos las personas cuando nos vamos haciendo mayores es que llegue un día en el que no seamos capaces de valernos por nosotros mismos.

A medida que envejecemos, mantener un estilo de vida saludable se vuelve cada vez más crucial para preservar nuestra calidad de vida y bienestar general.

Estudiar después de jubilarse parece una tarea difícil. ¿Y de qué me sirve ese conocimiento? Buena pregunta. Uno de los argumentos más comunes para no estudiar más es que te llevas a la tumba el conocimiento que no usaste.

​Hasta no hace mucho tiempo, conocer la cuantía de la pensión de jubilación de la Seguridad Social obligaba a acudir a una oficina y solicitar un informe que era remitido en un plazo de entre unos siete y diez días. Esta forma de acceso limitaba mucho al ciudadano que, de hecho, podía cometer un grave error: esperar a solicitarlo cuando quedaba poco para la jubilación y por tanto, con pocas posibilidades de reacción.

Es un producto financiero que está diseñado para proporcionar seguridad económica durante la jubilación. La idea es simple: se entrega un capital inicial a una entidad aseguradora, y a cambio, se recibe una serie de pagos periódicos que se extienden durante toda la vida del asegurado.