Hasta no hace mucho tiempo, conocer la cuantía de la pensión de jubilación de la Seguridad Social obligaba a acudir a una oficina y solicitar un informe que era remitido en un plazo de entre unos siete y diez días. Esta forma de acceso limitaba mucho al ciudadano que, de hecho, podía cometer un grave error: esperar a solicitarlo cuando quedaba poco para la jubilación y por tanto, con pocas posibilidades de reacción.