Crear un presupuesto supone elaborar un plan de acción para nuestra economía, tener un dibujo bien claro de cuál es su situación y, de esta forma, saber cómo puede evolucionar para anticiparnos a gastos imprevistos. Para una empresa, la meta está clara: no incurrir en pérdidas y calcular el beneficio que se puede alcanzar. El objetivo con nuestras finanzas personales no es muy diferente: elaboramos un presupuesto para no entrar en pérdidas y para, incluso, conseguir ahorrar mes a mes y podernos dar algún que otro capricho.
A la hora de contratar tarjetas bancarias, muchas personas se preguntan cuántas deben llevar en la cartera para poder atender todas sus necesidades de pago en el día a día. La respuesta es que depende de cada persona, ya que en función de sus usos y costumbres, habrá de contratar unos tipos de tarjetas u otras. Eso sí, es factible pensar en un conjunto de tarjetas básico para poder pagar en cualquier establecimiento, sin asumir un alto coste.
Existen muchas formas de enseñar economía y, en realidad, cualquiera es válida. No obstante, no todas son igual de divertidas y muchas pueden llegar a ser, incluso, bastante tediosas. En un tema tan complejo como es el económico, resulta complicado no caer en tecnicismos y conceptos difíciles de entender por el común de los mortales.
Puedes invertir tus pequeños ahorros como lo haría cualquier gran fortuna. De hecho, puedes invertir con las grandes fortunas y sacar provecho de sus estrategias de inversión y de sus potentes equipos de gestión. Los grandes patrimonios utilizan para realizar sus inversiones las llamadas Sicavs y es posible entrar la mayoría de ellas.
Cuando pedimos dinero a nuestros padres, estamos actuando como lo haría cualquier empresa. Obtenemos recursos económicos ajenos que utilizamos para adquirir un determinado producto para, después, devolvérselo a la persona que nos lo ha prestado. La única diferencia es que, la empresa apunta estas transacciones en sus libros contables y nosotros en un papel para que no se nos olvide.
Los depósitos bancarios están presentes en nuestro día a día. A través de ellos, recibimos nuestra nómina, pagamos nuestros recibos, hacemos transferencias bancarias y vinculamos las tarjetas de crédito o de débito con las que realizamos compras en los establecimientos comerciales.
La deflación está en boca de todos. El descenso generalizado de los precios de los bienes de consumo parece, a priori, una buena noticia. ¿A quién no le gusta ir al mercado y ver que el precio de las patatas, de la leche o de la lechuga ha bajado? Suponemos que a nadie. Sin embargo, los economistas nos dicen que la deflación no es buena para la economía.
En la vida, es común encontrarse con múltiples deudas, ya sea por préstamos personales, tarjetas de crédito o hipotecas. La gestión de estos compromisos financieros puede convertirse en una fuente de estrés si no se maneja adecuadamente. Aquí es donde entra en juego la reunificación de deudas. Este proceso no solo te permite simplificar tus finanzas, sino que también puede ofrecerte una salida para reducir tus pagos mensuales
Cuando hablamos de inversiones, la renta fija suele considerarse una opción confiable y accesible para quienes buscan seguridad y estabilidad en sus rendimientos. Se trata de una alternativa que permite preservar el capital mientras se obtiene una rentabilidad predecible, lo que la convierte en una elección popular entre inversores conservadores y aquellos que prefieren evitar grandes fluctuaciones en el mercado.