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El Blog de Nationale-Nederlanden

En la actualidad, y más con la crisis económica, son muchas las personas que, bien por obligación o bien para obtener unos ingresos mayores, compaginan su trabajo como asalariados con un trabajo por cuenta propia. Se trata de un camino no exento de obstáculos, y no ya por la cantidad de tiempo que nos pasaremos trabajando, sino por todas las gestiones administrativas que tendremos que asumir, al tener que de cumplir todas nuestras obligaciones tributarias y cotizar en dos regímenes diferentes de la Seguridad Social.

Cuando nos jubilamos, llega el momento de dejar de trabajar y comenzar a recibir la pensión pública de la Seguridad Social a la que tanto hemos contribuido en todos los años que hemos estado trabajando. Nuestras cotizaciones garantizan que, a los 65 años o un poco más tarde, podamos recibir una renta mensual que nos permita vivir de manera cómoda el resto de nuestra vida.

La Campaña de la Renta 2015 terminó y la mayor parte de contribuyentes habrán recibido una alegría en forma de abono en su cuenta bancaria como parte del resultado de su declaración de la renta, que les habrá salido a devolver. Un dinero que viene muy bien para tapar agujeros, para darse algún que otro capricho o, por qué no, para ahorrarlo o invertirlo en algún producto financiero.

Hay quien cuenta con el dinero que le devuelve Hacienda al hacer la declaración de la Renta para tapar algún agujero, para hacer frente al imprevisto de última hora e, incluso, para poder salir de vacaciones. Así que, cuando el tiempo pasa y el ingreso no llega hay quien entra en estado de nervios.

​Rectificar es cosa de sabios, pero también de contribuyentes. Si has cometido un error en tu declaración de la Renta, antes de llevarte las manos a la cabeza o de imaginarte perseguido por inspectores de Hacienda, lo que puedes hacer es corregirlo. Hay dos posibilidades en tu fallo: que te hayas equivocado a tu favor o que el error beneficie a Hacienda. En función de uno u otro caso, deberás corregir la falta de una u otra forma.

Cada vez es más habitual realizar trabajos fuera del territorio español. Las nuevas tecnologías están posibilitando que no exista un lugar físico donde desarrollar nuestra actividad profesional y que, en cambio, nuestra oficina cambie de mes a mes o, incluso, de semana a semana o que, incluso, nos suponga establecer nuestra residencia en un país diferente por un tiempo determinado.​

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​A partir del mes de enero de 2015, todos los trabajadores verán un aumento de sueldo en su nómina mensual. Este incremento no viene motivado ni por un aumento de nuestra productividad ni por una subida de la inflación. En realidad, lo que ha sucedido es que, a partir de enero, bajan los impuestos y más concretamente, el IRPF, para todos los contribuyentes españoles.

​Una de las novedades más destacadas de la reforma fiscal que ha aprobado el Gobierno, y que entró en vigor el pasado 1 de enero de 2015, es el relacionado con el tratamiento fiscal del alquiler, del que se beneficia casi un 20% de los ciudadanos españoles que hoy en día viven en este régimen.

Cada trabajador tiene necesidades distintas, y el modelo tradicional de salario no siempre permite adaptarlo a las circunstancias personales. Aquí es donde entra en juego la retribución flexible, un sistema que permite elegir cómo recibir parte del salario, destinándolo a beneficios como cheques restaurante, seguro médico, transporte o formación. No es solo una forma de hacer que el salario rinda más, sino que también ofrece ventajas fiscales, permitiendo optimizar el presupuesto sin necesidad de aumentar la cantidad bruta.