La mayor parte de personas, especialmente las más jóvenes, ven la jubilación demasiada lejana, o bien confían en su pensión pública para disfrutar de un retiro sin problemas económicos. Los más previsores, en cambio, deciden que ha llegado el momento de abrirse un plan de pensiones y aportar una cantidad fija mensual que, además, es deducible a la hora de presentar la Declaración de la Renta.
¿Qué es un activo seguro? Aunque parezca que la respuesta es sencilla, no lo es. Aunque parece evidente pensar que un activo seguro debe garantizar el 100% de la inversión o, dicho de otro modo, que el capital inicial se mantenga sin pérdidas, las diferencias entre uno y otro producto o instrumento financiero son muy grandes. El semáforo de la inversión, que resume visualmente y con datos, a priori sencillos, las características de los determinados productos financieros, sirve de gran ayuda, pero debemos interpretar bien los datos y adecuarlos a lo que buscamos. ¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo, con un simple método que se basa en preguntar qué buscamos en la inversión y cómo podemos adaptarla a nuestro perfil.
Las Sociedades de Inversión de Capital Variable (más conocidas por sus siglas, SICAV) son un instrumento de inversión colectiva con una serie de requisitos mínimos que le han convertido en una de las mejores formas de inversión para las grandes fortunas: tiene que estar constituida con un capital de, al menos, 2,4 millones de euros y 100 partícipes.
22/08/2016
Levantarte, coger el micrófono y poder tomar decisiones importantes sobre la empresa en la que tienes invertido tu dinero. Aunque sea una vez al año y aunque tengas que cumplir ciertos requisitos, si quieres, puedes hacerlo. Si eres accionista de una compañía tienes derecho a acudir a su Junta General y
Aunque parezca contradictorio, cuando operamos en bolsa estamos continuamente condicionados por nuestros sentimientos. No en vano, las fases de euforia y pánico son muy habituales en los medios de comunicación y entre los inversores, al hablar de movimientos a la baja y al alza de los mercados, respectivamente.
La relación de muchos clientes con sus entidades financieras ha tenido un antes y después durante este periodo de crisis económica. Entre otros factores, este cambio se ha producido como consecuencia del reducido nivel de cultura financiera de nuestro país, uno de los más bajos entre los países de nuestro entorno. Son muchas las personas que no entienden el funcionamiento de productos financieros básicos y, por supuesto, mucho menos cuando se trata de complejos. Además, figuras como la del asesor financiero independiente están muy poco desarrolladas en España, por lo que el inversor que adquiere estos productos cede indebidamente la responsabilidad de elegir un producto al vendedor.
Es difícil olvidar el primer suspenso, aunque luego vengan más, y mucho menos si luego no vuelve a aparecer ninguno. Las notas tienen eso, nos califican, nos ponen en nuestro sitio o, al menos, nos sitúan en un escenario determinado. Algo que puede gustarnos más o menos porque a veces el profesor nos tiene manía o porque eso que nos preguntaron no caía en el examen. Excusas aparte, todos nos examinamos, activos financieros incluidos. Aunque sus notas sean distintas y diferentes a nuestros ceros o dieces.
Cuando un inversor coloca su dinero en un producto de inversión, se piensa que lo hace con afán de obtener una cierta rentabilidad, pero nunca con un fin adicional. A cambio de su dinero y de asumir un cierto riesgo, si la inversión sale bien, obtiene a cambio una recompensa que incrementa su capital o su participación en un negocio. Sin embargo, las cosas están cambiando y el perfil del inversor tradicional no es el único que puja en el mercado, sino que está acompañado de los inversores en sistemas de crowdimpacting.
Los fondos de inversión se han convertido en una alternativa muy interesante para muchos ahorradores, en especial teniendo en cuenta la baja rentabilidad de otros productos de renta fija, como los depósitos bancarios. El amplio abanico de posibilidades que ofrecen hace que sea un producto pensado para todos los públicos, tanto aquellos que quieren asumir riesgos como para los ahorradores más conservadores.