Los bajos intereses que ofrecen en la actualidad los productos de renta fija están provocando un desplazamiento de los capitales de los ahorradores desde los tradicionales activos hacia otros que ofrecen una rentabilidad mayor. Uno de los productos que más simpatía despierta entre los inversores particulares son los fondos de inversión. En la actualidad, las gestoras en España gestionan en torno a 218.000 millones de euros, el equivalente al 15% del PIB de nuestro país,
A pesar de que la reforma fiscal ha introducido algunas mejoras en la tributación de las familias, especialmente en las familias numerosas, los beneficios fiscales por los hijos en España son muy bajos en comparación con las de otros países de nuestro entorno. Las ayudas pueden ser de dos tipos. Por un lado, están las ayudas directas, es decir las que suponen un pago o deducción directa vinculado al número de hijos. Entre estas están, por ejemplo, la deducción por número de hijos o la ayuda de 1.200 euros al año (que puede solicitarse como abono anticipado mensual) a las madres trabajadoras con niños de hasta 3 años. Pero, además, también podemos encontrarnos con ayudas indirectas, deducciones que no van directamente relacionadas con los hijos pero sí con gastos que estos ocasionan, y entre estas, destacan las que cubren el cuidado de los más pequeños.
La reforma fiscal que entró en vigor en enero de 2015 ha cambiado muchos aspectos impositivos sobre los productos de previsión y la fiscalidad de los instrumentos para la jubilación en general. Se han reducido las aportaciones máximas anuales a tan solo 8.000 euros, se han creado nuevas ventanas de liquidez a los 10 años y también se han dado incentivos que buscan mejorar los recursos cuando lleguemos a la edad de la jubilación.
Ya se sabe, llega enero y, además de los buenos propósitos, llegan también las subidas de los precios. La lista de bienes y servicios que suben puede llegar a ser larga: cada año, al despertarnos el 1 de enero nos encontramos con que el billete de metro ha subido unos céntimos o que el taxista aumenta el coste de la bajada de bandera. Pero seamos optimistas, porque este año las cosas son algo distintas.
Todos lo hemos soñado y algunos hasta lo han vivido. Levantarse un día, acceder a la cuenta del banco y alucinar al comprobar que tiene mucho más que la última vez que la habíamos revisado. ¿Un dinero extra? ¿hemos ganado la lotería?¿heredado? ¿nuestra empresa nos ha recompensado sin nosotros saberlo? No, todo puede ser más sencillo y a la vez algo complicado: se trata de un fallo del banco. Al fin y al cabo, quien está detrás de una ventanilla de una entidad o se encarga de darle al botón para confirmar las operaciones en un ordenador es un ser humano y puede cometer errores.
Llega nuestra edad de jubilación y, después de estar años ahorrando e invirtiendo en nuestros planes de pensiones, nos encontramos con una decisión difícil: ¿cómo cobrarlo? ¿Todo de golpe o en forma de renta? Hasta hace poco, la mayoría de los beneficiarios de un plan de pensiones lo hacían en forma de capital, ya que todo rendimiento generado con más de dos años disfrutaba de una reducción impositiva del 40% sobre sus ganancias. Desde entonces, allá por el año 2006 y a partir de este ejercicio, el 2015, también para las aportaciones realizadas antes de la fecha de anulación (dejando 2 años como periodo de transición) la fiscalidad ha empeorado, premiando el cobro en forma de renta.
El 16 de diciembre, y después de que los mercados viniesen rumoreando sobre la posibilidad de una subida de tipos de interés en Estados Unidos, tras los buenos datos económicos y de empleo, la Reserva Federal decidió tomar una decisión que, sin duda, tendrá repercusiones seguras sobre los mercados financieros.
¿Quieres ahorrar pero no acabas de arrancar? ¿Te lo has planteado y no sabes cómo puedes lograr ahorrar con éxito? ¿Las finanzas no son tu fuerte y te gustaría saber cómo puedes exprimir al máximo tu dinero? No te preocupes porque, a continuación, hemos recopilado una relación de medidas simples con las que empezarás a ahorrar hoy mismo sin necesidad de ser un experto en finanzas.
Demos la vuelta a lo tradicional, nada de convencionalismos, ni siquiera en la forma de ahorrar. A la mayoría de nosotros, nos han enseñado desde niños que la mejor manera de ir juntando un buen colchón de dinero para el futuro no es otra que la de ajustarse el cinturón para que al final de mes nos quede algo que poder guardar en la hucha. ¿El problema? Que se hace duro llegar a fin de mes con algo de dinero en el bolsillo y no caer en la tentación de darse un capricho o, simplemente, gastarlo en imprevistos. Así que, ¿por qué no te planteas hacerlo al revés? ¿Por qué no nos anticipamos y tomamos medidas antes de tener el dinero para ahorrar?